Vaya lío que han preparado. Resulta que moverse por tierras españolas esta Navidad es un riesgo. No solo porque te expongas a nevadas, nieblas u otras inclemencias meteorológicas, o las colas y controles de los transportes públicos, también lo es porque te arriesgas a cometer el error fatal de trasgredir alguna de las múltiples normas y restricciones que se han decretado para intentar parar la expansión de la COVID-19.
Nuestro querido Ministerio de Sanidad y otras hierbas ha publicado un mapa interactivo en el que se recogen las medidas que cada CCAA ha establecido para la contención del virus, bajo el amparo del dudosamente legal estado de alarma decretado por el Gobierno de la Nación.
Cualquiera que se atreva a intentar planificar un movimiento combinado para pasar unos días con los padres en un pueblo de cualquier comunidad, y luego ir a visitar a los hijos y los nietos a otra comunidad, puede acabar desesperado. Es como intentar encajar las piezas de un puzle de los más complicados. Solo la Comunidad de Valencia nos lo pone fácil: “solo pueden entrar los empadronados en la Comunidad”. ¡Olé tus ….!
Por si fuera poco, a este estrés se le une el martilleo constante con las maldades del emérito. No voy a entrar al trapo porque ya me aburre. Si hay que ajustar cuentas que se ajusten, pero me gustaría ver en el mismo saco a Jordi Pujol y otros cuantos sinvergüenzas más que jamás han pasado por caja, ni por juzgado, habiendo sustraído cantidades muchísimo mayores.
Por si acaso, para asegurar la distracción del personal nos sacan un folletín rocambolesco que podría titularse “Ruido de sables de plástico”. Parece como si, en esta nueva normalidad, no fuera suficiente con el fútbol, el puzle y el emérito para tener al respetable entretenido. Así que nada, aunque en el fondo sepan, que lo saben, que los militares son los que más han respetado la democracia y la Ley, lo importante es dar que hablar de lo que menos importa. Y, si de paso van minando una institución bien valorada por los españoles, mejor, no vaya a ser que no sea suficiente el daño que se le hace mediante la inanición presupuestaria.
A todo esto, nos meten con calzador en los medios subvencionados las diferencias entre La Pantoja y su hijo Paquirrín que, por lo que se ve, deben de ser de una importancia capital para el bienestar nacional. Y a ello añaden el aburridísimo formato de los noticieros de las televisiones subvencionadas o públicas. Los telediarios se ocupan, con una desproporción exagerada, de reiteradas noticias sobre la evolución de la pandemia y de lo malos e irresponsables que somos los ciudadanos. Pero tratan de soslayo los importantes temas de la actualidad política que suponen ya, y supondrán a corto plazo, una deriva poco beneficiosa para el ciudadano de a pie, trabajador, pagador y sujeto de cada vez menos derechos.
Para adornar la tarta del desatino al que nos someten, rebajan el nivel cualitativo de los informativos, dejando de ser, si alguna vez lo fueron, espacios para la divulgación cultural, la instrucción pública y la información veraz y contrastada. Por eso, en una burda maniobra propagandística, ofrecen datos absolutos de la evolución de la pandemia, intentando colarlos como relativos. Por eso nos anuncian, a bombo y platillo, que las vacunas serán gratis, cuando eso se ha de dar por supuesto en un país con un sistema sanitario (o 17+1 sistemas) soportado por los impuestos pagados por los que han de ser vacunados. Por eso esconden los éxitos y realzan los errores de gestión de los gobiernos de CCAA gobernadas por partidos políticamente contrarios. Todo les da igual, los descaros de los informativos se tapan inmediatamente con programas de dudoso entretenimiento y peor gusto.
Mientras nos tienen de esta manera distraídos, jugando al maldito puzle y confundiendo nuestra mente, ya cansada de tanta restricción y preocupación, ellos aprovechan la ocasión para colarnos unos cuantos goles por la escuadra y procuran hacernos olvidar la “no gestión” que hicieron en la primera parte de la pandemia.
Por poner solo un ejemplo de la desastrosa gestión de la crisis desde febrero a junio, recuerdo lo que escribí el 24 de mayo:
“Según he podido leer, antes de la crisis la sanidad privada contaba con unas 2200 camas de UCI y se le pidió al sector el esfuerzo de incrementarlas en 400, con lo que se llegó en total a unas 2600 pero, a pesar de estar a disposición de las autoridades sanitarias, solo han sido utilizadas el 15%. Es decir, en España había 2200 camas de UCI libres a disposición de ese flamante “mando único” que no supo emplear. No quiero pensar que no lo quiso hacer o que no se había enterado, sería demasiado grave, pero el hecho es que, habiendo hospitales que sufrían el colapso, habiendo personas mayores a las que no se les dio la oportunidad de ser atendidos como se merecían y habiendo disponibilidad de 2200 camas de UCI en la sanidad privada, más las UCI públicas disponibles en CCAA que no habían alcanzado el colapso, no se organizaron las necesarias derivaciones de enfermos, haciendo uso de los trasportes sanitarios públicos, privados, militares, de ONG,s o del estupendo AVE tan publicitado en televisión por el ministro Ábalos, que no sé si se llegó a utilizar alguna vez”.
Para muestra vale un botón, pero recuerdo que se cometieron infinidad de despropósitos como este, en aquellos momentos. Algunos me dicen que es normal cometer errores en situaciones como esa. Pero les contesto que hubieran sido admisibles algunos errores, pero no tantos y tan graves. También les contesto que si no están preparados para gestionar una crisis, por qué están gobernando. Y les recuerdo que este y varios gobiernos anteriores tuvieron en sus manos informes muy fiables que avisaban de las, cada vez más probables, pandemias de origen natural o provocadas. Si no los leyeron faltaron a su responsabilidad, y si los leyeron y no actuaron faltaron gravemente a su deber. Sea como sea, no nos merecemos estos gobernantes.
Mientras nos tienen distraídos y nos hacen dirigir la mirada a donde les interesa, es decir a cuestiones llamativas, aunque intrascendentes, nuestros dirigentes hacen de su capa un sayo. No han aplicado durante mucho tiempo las imprescindibles medidas de control de acceso a nuestra nación, ni en lo que se refiere al COVID.19, ni a la inmigración. En este último aspecto han pasado por alto el coladero de inmigrantes ilegales, algunos de los cuales si llegaban a nuestras costas en pateras, pero eran desembarcados en esas frágiles embarcaciones después de ser acercados hasta pocas millas de la costa por barcos contratados por alguien con intención de lucrarse o algo peor. Entre tanto el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) de la Guardia Civil de Canarias sigue almacenado por falta de presupuesto para ser instalado. Puede que con unos pocos de viajes menos del Falcon presidencial el problema del SIVE de Canarias quedaría resuelto.
Mientras sigue la fiesta de la distracción no se atiende debidamente a las acuciantes necesidades de los autónomos y PYMES. Un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) concluye: “España está a la cola de los principales países de la Unión Europea -en proporción a su PIB- por recursos destinados a mantener a las empresas y es la que menos ayudas directas destinó a los autónomos de entre los nueve países analizados”. Aunque, según las frías cifras, España esté situada en una posición intermedia en medidas de impulso fiscal inmediato a las empresas en general, lo cierto es que, cuando se habla de autónomos y PYMES, el porcentaje de ayudas cae vertiginosamente. Si tenemos en consideración que esos sectores productivos constituyen más del 95% del total de las empresas del país, se puede entender porque están tapando esa realidad, no es conveniente para mantener el brillo del presidente y sus ministros.
Fuente: Elaboración de FEDEA en base a los datos de Bruegel Datasets
Tampoco les interesa permitir que se conozcan las graves consecuencias que tiene, para la posición geoestratégica de España, la deriva que ha tomado el problema de la soberanía del Sahara, después del apoyo expreso de EEUU a la postura del Reino de Marruecos. No es muy conveniente para este gobierno que se puedan conocer los problemas que para la defensa nacional, la economía y el prestigio nacional en el ámbito de las relaciones internacionales, tiene la actitud callada y melindre de nuestros mandatarios.
El caso Delcy Rodríguez es un ejemplo de la línea de la política exterior de este gobierno, por eso no nos deberíamos extrañar de que en situaciones de más enjundia, como la del Sahara, salgamos trasquilados. Aun con todo, esto no es lo peor porque, aprovechando la distracción que nos rodea, nos han colado de rondón decretos infumables, han inflado en tiempo récord el aparato del Estado y la legión de asesores (o quizás debería de decir asexsores) y han sacado del horno unas leyes tan mal terminadas como poco consensuadas.
Celaá:»Los hijos no son de los padres« |
Estos señores se han creído que, para corregir la desastrosa y ya casi legendaria deriva de la Educación, sigue siendo remedio suficiente cambiar la Ley de Educación cada pocos años, con los apoyos de una justa mayoría parlamentaria, que ni de cerca supone el apoyo de la mayoría de la población. ¿Por qué no se atreven a someterla a referéndum? De la misma manera, sin la suficiente cocción, han sacado del horno una Ley de Eutanasia que nos convierte en la sexta potencia mundial en este aspecto, ¡que honor! Sin haber conseguido articular una Ley de Cuidados Paliativos, han decidido optar, ahora sí, por la vía del ahorro presupuestario. Insisto, ¿por qué no se atreven a someterla a referéndum?
La cuestión es ciertamente grave porque, mientras nos tengan distraídos con estupideces sin sustancia y con el miedo a la propagación del maldito virus, seguirán haciendo de las suyas gracias a infumables pactos y al control y censura sobre las redes sociales. Así que, en poco tiempo, empezaremos a probar el jarabe de su voracidad fiscal, paso previo para paralizar las iniciativas privadas, el emprendimiento y la innovación, y para iniciar el camino a la generalización del ingreso mínimo que, como sucedió con el PER, en Andalucía y Extremadura, se convertirá en un cromo intercambiable por un voto.
Después vendrá la reforma del Código Penal para moldearlo a su gusto y necesidad. De esa manera podrán sacar de la cárcel a sus amigos los golpistas y a los pocos etarras que aún queden encerrados. Pero posiblemente las celdas no queden vacías porque ya se habrán tipificado los nuevos delitos que puedan cometerse por incumplir la Ley de Memoria Democrática. Siguen con la manía adjetivar a la memoria, ¡¡que pesadez!!
No se pueden distraer, tienen que seguir acelerando el proceso, porque si la vacuna arregla la situación y no aparece otro virus, ¿Cómo nos van a distraer?
LUIS BAILE ROY