ALGUNAS CAUSAS
La política de concentración industrial que propiciaron los sucesivos gobiernos de España desde el siglo XIX produjo grandes movimientos migratorios que afectaron al medio rural, pero el descenso más importante de población rural se produjo, sobre todo, entre 1950 y 1975, en paralelo al desarrollo industrial de esa época. Simultáneamente al crecimiento y concentración de los polos industriales, se ha adolecido de falta de políticas que ayudaran a fijar la población de las zonas rurales, a base de medidas que aseguraran una más justa distribución de los beneficios de la comercialización de su producción agrícola y ganadera y que evitaran los exagerados desequilibrios que se iban produciendo en las comunicaciones y en la distribución del tejido industrial. En definitiva, no se han intentado corregir, ni en las últimas décadas del siglo XX, ni en lo que llevamos del presente siglo, los errores que propiciaron el creciente vaciado de la España rural, de tal manera que esa tendencia no paró hasta la crisis del año 2008. Pero bastante tiempo después de superada (a medias) esa crisis, nos queda la cruda realidad de que en el año 2023 la población rural[1] representaba sólo el 15.7 % de la población total, cuando en los años 50 suponía algo más del 40 %. Pero este descenso de la población rural ha sido muy desigual a lo largo de nuestra geografía, produciéndose en las zonas del interior una pérdida de población de hasta el 50 %.
[1] Considerando población rural la que vive en municipios que poseen menos de 30.000 habitantes y tienen una densidad inferior a 100 habitantes por km2.
EFECTOS DE LA DESPOBLACIÓN DEL MEDIO RURAL
Los efectos perniciosos de este problema demográfico sobre los servicios básicos en las zonas rurales afectadas, además de producir un efecto salida hacia las grandes poblaciones, influye negativamente en la percepción que tiene la escasa población joven de las zonas rurales sobre la oportunidad y conveniencia de tomar la decisión de tener hijos. Porque, al fin y al cabo, lo que se está produciendo en las denominadas zonas “rurales profundas” y “rurales estancadas”[1] es la escasez y lejanía de los servicios, que ha venido a consecuencia de la escasa masa crítica de población en esas zonas. Todo ello ha conducido, inexorablemente, al abandono de pequeñas y medianas poblaciones, al envejecimiento de su población, a la desvitalización de la zona y la desestructuración social. Todas las actuaciones que se emprendan para darle solución a la despoblación de las zonas rurales afectarán indudablemente de forma positiva a incrementar la tasa de natalidad en nuestra región, una de las más bajas a nivel mundial.
El despoblamiento rural es, además, un problema de primera magnitud desde el punto de vista de la conservación del medio ambiente y de la necesaria recuperación de zonas que han caído, o están próximas a hacerlo, en la matorralización del terreno y desaparición de pastos debido al abandono de la actividad del pastoreo, de la ganadería extensiva y de la falta de limpieza de los montes
[1] Según Fernando Molinero Hernando de la Universidad de Valladolid las zonas rurales estancadas son aquellas cuya densidad despoblación está entre 5 y 15 hab./km2 y que está en retroceso y las zonas rurales profundas las que tienen una densidad de menos de 5 hab./km2 y que van a menos.
Lo que hacía posible la vida en el medio rural era una economía sostenible, basada en una agricultura y ganadería tradicional enmarcadas en un mercado diversificado que abarcaba, además de las zonas rurales antes mencionadas, las denominadas zonas “rurales intermedias” y “dinámicas”[1], que constituían juntas un conjunto rural que contaba con manufacturas, comercio y artesanía, además de disponer de unos servicios básicos de proximidad. Esa es la estructura a la que se debe tender, debidamente actualizada con los actuales medios de producción agropecuarios e industriales.
No se trata de convencer a la gente de los pueblos para que no los abandone, cada uno es muy libre de hacer lo que quiera con su vida. Por el contrario, se trata de llevar a cabo las medidas políticas necesarias para que, con racionalidad y eficiencia, se logren las condiciones adecuadas para que sea posible desarrollar proyectos de vida al margen de las grandes poblaciones. Se trata de facilitar el ejercicio de la libertad para elegir el tipo de vida que cada uno quiera llevar, sin necesidad de llegar a heroicidades ni estoicismos, por otra parte, muy loables.
La comisión de despoblación de la Federación de Española de Municipios y Provincias (FEMP), en el año 2017, decía en un documento de acción redactado quizás un poco tarde, que el problema de la despoblación exigía “un sólido acuerdo de Estado contra la despoblación que debería armonizarse con una estrategia europea específica frente a los retos demográficos. En ese sentido, cabe recordar que el Acuerdo de Asociación para los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos 2014-2020 ya incluía una referencia al Foro de Regiones Españolas con Desafíos Demográficos”. En ese sentido, la Política Agraria Común (PAC) ha sido un instrumento político de armonización de la UE que se ha venido desarrollando y dando ciertos resultados pero, debido al estado de la situación demográfica de buena parte de nuestro campo, parece que las ayudas recibidas mediante ese instrumento se han distribuido para favorecer más a grandes productores establecidos en zonas rurales que no han estado normalmente en situación de riesgo, que a favorecer a los pequeños productores autónomos y explotaciones familiares y por lo tanto a la lucha contra la despoblación en las zonas rurales profundas y estancadas.
En lo referente al ámbito laboral, paralelamente a la despoblación ha venido produciéndose el abandono de trabajos y oficios que sin embargo se echan en falta en muchas poblaciones, como también se observa el retraso en la introducción de nuevos trabajos relacionados con las nuevas tecnologías de la información y la energía. Es necesario que las actividades consideradas auxiliares y complementarias a las tradicionales en el medio rural, como las referidas a la mecánica en general y en especial la de maquinaria agrícola, la administración y contabilidad, la asistencia veterinaria, la asistencia sanitaria, la asesoría laboral, empresarial y fiscal, la forja y herrerías, la guarnicionería, la alfarería y cerámica, etc… estén más próximas al medio rural. Como lo es en el caso de los trabajos que se ocupan de las nuevas tecnologías de los Sistemas de Información y las Telecomunicaciones que tanta aplicación están teniendo en el control de cosechas y ganaderías, la informática tanto en su versión del software como del hardware, las energías limpias y renovables (solar, eólica, hidroeléctrica, biomasa, biogás o la geotérmica). Tampoco se puede dejar de mencionar los trabajos que se ocupan de la conservación, evolución y difusión de la cultura y el medio ambiente, como escuelas de música y bailes, las escuelas y centros deportivos y de cuidados físicos, los profesionales de los centros de interpretación de la naturaleza, museos etnológicos, bibliotecas, guías de espacios y recorridos naturales, etc.
ALGUNOS REMEDIOS APLICADOS Y POR APLICAR
Dentro también del ámbito laboral, hay regiones en la que se han iniciado actividades laborales con posibilidades de desarrollo y de empleo para los jóvenes en el mundo rural, sobre todo relacionadas con el comercio y servicios asistenciales ambulantes, entre los que se pueden destacar el comercio itinerante, la compra “on line”, el servicio de transporte de la compra hasta núcleos de población retirados o a personas mayores, los mataderos ambulantes que recorren los pueblos con pequeñas explotaciones, donde no es posible mantener un matadero fijo. Todas estas actividades son muy adecuadas dada la situación demográfica de nuestro mundo rural, que adolece de una importante atomización de municipios y con una población escasa y envejecida, por lo menos de momento.
La digitalización y el acceso a las redes de telecomunicaciones e información es en la actualidad una prioridad a la que atender. Lograr el objetivo de llevar a las poblaciones de más de 100 habitantes, al menos, la posibilidad de mantener una conectividad eficaz facilitaría de forma decisiva la simplificación de trámites y los desplazamientos innecesarios de los ciudadanos. También posibilitaría el teletrabajo de muchos funcionarios, que actualmente lo emplean como medio alternativo y complementario, y que facilitaría su domiciliación en núcleos rurales. Igualmente favorecería la gestión de explotaciones agropecuarias que, mediante sistemas de información geográfica, sistemas de localización GPS, sistemas de detección por sensores del estado de las condiciones de las cosechas o de los animales, tecnología de comunicaciones vía satélite y sistemas informáticos con sus aplicaciones adecuadas, puede simplificar y hacer más cómodo el trabajo de los profesionales del campo.
[1] “Zona rural intermedia” es la cuenta con una densidad de población de entre 15 y 25 hab./km2 y “zona rural dinámica es la que su densidad e población es entre 25 y 50 % hab./km2.
Es conveniente, por parte de nuestras autoridades que:
Se acometa un estudio para racionalizar la dimensión de nuestros municipios y sobre la concentración de competencias para hacer más eficientes los servicios. Valorando, además, la posibilidad de la incentivar la creación de centros de negocio y comercios en áreas rurales equidistantes y con una zona de influencia y servicio en el entorno de 20-30 minutos.
Se apoye, mediante créditos y ayudas fiscales, las inversiones en energías limpias, sobre todo en energía solar, tanto para viviendas como para explotaciones agropecuarias.
Incentivar la rehabilitación de viviendas en el medio rural, sobre todo en municipios de menos de 2000 habitantes. Dada la existencia de un parque de vivienda vacía de cierta consideración, la rehabilitación parece mejor opción que la de acudir a la construcción de vivienda nueva. Es conveniente dar preferencia a la rehabilitación de viviendas vacías por sus propietarios, mediante la concesión de ayudas económicas directas o el acceso a créditos, siempre que la finalidad de la obra fuera habitar la vivienda de forma habitual, como mínimo 6 meses al año, o para el alquiler de esta por un periodo no menor de 25 años, o 10 años en el caso de ser alquiler con opción a compra.
Además, para lograr una mayor disponibilidad de vivienda económica en el medio rural se debería considerar la posibilidad de rehabilitar edificios de titularidad pública, que abundan en la mayoría de los pueblos y cuya conservación es bastante deficiente, como los antiguos consultorios médicos, las escuelas que no se vayan a reabrir, las casas de médicos o maestros, las viejas casas-cuartel de la Guardia Civil, locales abandonados de antiguos sindicatos agrarios y cooperativas y un largo etcétera, podrían ser objeto de una rehabilitación apoyada por el Estado y las Diputaciones, con la finalidad de contar con un parque de viviendas de alquiler de renta limitada.
En cuanto a la enseñanza en el medio rural, se debe perseverar y/o emular el esfuerzo realizado en algunas regiones al crear y mantener los denominados Colegios Rurales Agrupados (CRA) y escuelas infantiles. Así mismo es necesario facilitar los desplazamientos del personal docente itinerante asignados a los CRA, mediante la puesta a su disposición de vehículos o bien a mejorar la compensación del kilometraje efectuado. Por otro lado y para lograr una mayor permanencia de los maestros en las escuelas rurales, es muy conveniente perfeccionar el salario de los maestros rurales mediante un sustancioso incremento del complemento de destino, complementos que deberían estar graduados según parámetros de lejanía a la capital provincial, población del municipio y facilidades o dificultades de acceso a su destino. Con la misma finalidad se debe establecer y aplicar una baremación que premien reconocer adecuadamente los años de docencia en las escuelas rurales en los concursos de plazas y oposiciones para los diversos cuerpos de funcionarios del Estado, CCAAs y Diputaciones. Igualmente se debe asegurar, en colaboración con las diputaciones, comarcas y municipios, un parque de vivienda pública a disposición de estos profesionales en los pueblos donde ejerzan su función.
También es necesaria la realización de un estudio para definir y difundir la demanda de la gran variedad de actividades que pueden ser desarrolladas en las zonas rurales, a parte de las básicas y principales propias de cada zona. En ese sentido, es necesario asignar las partidas presupuestarias necesarias para poder ofrecer ayudas económicas, facilidades crediticias y de acceso a locales y viviendas púbicas desocupadas, así como ventajas fiscales que hagan posible el establecimiento de cooperativas, empresas, centros, negocios, etc… que, junto con los profesionales que los gestionen, dinamicen el ámbito rural e incremente la población en el mismo. Prestando especial atención a aquellas cooperativas agropecuarias que den posibilidades de trabajo a los jóvenes del ámbito rural y de aquellos que se quieran incorporar al mismo.
También se deben establecer incentivos monetarios o complementos a la renta básica para el personal que, no perteneciendo a las administraciones, desarrolle trabajos de limpieza de montes y bosques, cuidado de pastos, mantenimiento de caminos, vías pecuarias y lechos de cauces de agua y a que se establezcan unos fondos comarcales de tierras abandonadas o no utilizadas para posteriormente ser alquiladas a particulares, prioritariamente jóvenes, o cooperativas que quisieran establecerse en esas comarcas.
Para finalizar, es muy aconsejable que el Estado negocie con los operadores de telecomunicaciones e información la posibilidad de que, por lo menos, a los municipios de 100 habitantes o más se les asegure el acceso a las redes de servicios de información con una velocidad de al menos 300 MB, condiciones que facilitarían de una manera definitiva el establecimiento de emprendedores dispuestos a dinamizar el medio rural.
1 comentario en “LA DESPOBLACIÓN DE ZONAS RURALES. ALGUNAS IDEAS PARA PALIARLA”
Acertado y exhaustivo, como siempre. http://repdiv.blogspot.com/2021/11/gastronomia-para-un-futuro.html?m=1