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Blog sobre demografía y política

 «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los  remedios equivocados.»  Groucho Marx

LA DIFICIL CONVIVENCIA EN EL CENTRO-DERECHA

¿Qué encontrarás en este artículo?

Hace unos días escuche decir a una sesuda señora que el centro-derecha español no iba a poder gobernar durante bastantes años en España. Todo hace pensar que tenía razón, si las cosas no cambian.

Las maneras de conducirse del Partido Popular durante sus dos últimas etapas de gobierno, sobre todo la última, y la negativa de don Mariano a pasar el testigo de la presidencia del Gobierno, para intentar evitar la moción de censura motivada por las palabras mágicas del juez de Prada, ponente en el proceso de la Gürtel, eran un mal presagio de lo que se les venía encima. Así que el aún presidente se agarró un colocón y la vice Soraya se echó el bolso al hombro y se fue a buscar trabajo. A eso hay que añadir que las prisas de don Pedro por alcanzar el estrellato monclovita, una vez culminado el asalto al poder dentro del PSOE, eran irrefrenables. Tan es así que dudo mucho que, una hipotética y preventiva dimisión de Rajoy, hubiera evitado la moción de censura que Sanchez se apresuró a presentar tras las palabras de un juez en pleno ataque de subjetivismo.

Sánchez logró su objetivo y lo hizo con el apoyo de todo el espectro político a la izquierda de Ciudadanos, independentistas o no, más el de la siempre entregada derecha nacionalista, o ¿debería decir racista? Todos esos grupos, que son muchos y variopintos, sí que saben hacer piña cuando, a toque de silbato del partido de siempre, acuden a formación raudamente, cada uno con su carta a los reyes magos.

El centro-derecha se quedó a verlas venir y aún está en ello. Ciudadanos salió de Cataluña a hacer las Españas cuando allí estaba en su mejor momento y hubiera podido ir a mejor. El resultado de esa apuesta ya se ha visto: está cercano a la quiebra técnica. Es una verdadera pena porque empezó con buenas maneras, ocupando un espacio político esencial en Cataluña que, con paciencia y una vez asegurado en Cataluña, le hubiera reportado sin duda buenos resultados a nivel nacional. Pero las prisas son malas consejeras en política, sobre todo cuando se mezclan con irreflexivas ambiciones, así que de 4.136.600 votos en abril de 2019, muchos de ellos a costa del PP, paso a 1.637.540 en noviembre del mismo año.

Las medias tintas del PP, los incumplimientos de muchas promesas electorales, la indefinición de algunos de sus dirigentes y las ganas de otros cuantos de parecer más progres que donde se asó la manteca, le han hecho perder buena parte de su base electoral. Los números cantan: el 20 N de 2011 obtuvo 10.830.693 votos, pero el 26 de junio de 2016, después de la primera legislatura, solo mantuvo7.215.752 de votos,  y la debacle le llegó el 28 de abril de 2019, un año después de la moción de censura solo logró 4.356.023, había perdido nada menos que 6.474.670. Las últimas elecciones, el 10 N de 2019 ha recuperado algo llegando hasta los 5.019.869. El balance les debería estremecer porque en 8 años se han dejado por el camino 5,8 millones de votos.

Y ¿qué hay de VOX? Pues lógicamente que a rio revuelto ganancia de pescadores. Este partido que, aunque parezca recién nacido, ya está por lo menos en la adolescencia, se registró a finales de 2013 y tras las bajas de algunos de sus promotores, de los sonoros fracasos en Cataluña y País Vasco que supusieron la desvinculación del hasta entonces presidente Alejo Vidal-Quadras y de alguna crisis interna, fue haciéndose sitio poco a poco en el espectro de la derecha española. Su primer éxito electoral importante fue en abril del 2019, cuando obtuvo 2.688 092, se supone que en su mayoría procedentes de los desencantados del PP. Ese mismo año, en noviembre alcanzó los 3.656.979 votos. Puede ser que adolezcan de inexperiencia, cosa que en el mundo político de este país no sé si es buena o mala, pero se le tiene que reconocer que no navegan en la indefinición o las medias tintas, y como no han gobernado no sabemos si su grado de incumplimientos alcanzaría al de los partidos que ya lo han hecho. VOX está siendo constantemente demonizado y aislado por toda la izquierda, los nacionalistas y con frecuencia por el centro-derecha. Sin embargo, desde el punto de vista de respeto a la legalidad vigente y a las reglas democráticas del juego, es más respetable que los partidos y mareas de la ultraizquierda y que los levantiscos secesionistas.  Por ello que no se entienden los cordones sanitarios que le están aplicando en instituciones como el Congreso de los Diputados donde, por cierto, es la tercera fuerza política y donde lo que se debería hacer es parlamentar y debatir en lugar de excluir y silenciar.

En resumidas cuentas, en las últimas elecciones el número de votos que consiguió reunir la derecha y el centro estuvo cercano a los 10,5 millones, sin contar los partidos que aun siendo de derechas son nacionalistas, lo que les hace inclinarse al sol que más calienta, mientras que el bloque de izquierdas alcanzó algo más de los 11,5 millones de votos.

Haciendo una media con los resultados de los tres últimos sondeos, publicados los días 19, 21 y 22 de febrero 2021[1], el bloque del centro-derecha podría llegar a los 11 millones de votos y el de izquierda a los 11,25 millones de votos aproximadamente. Desde luego de aquí a que se celebren las siguientes elecciones legislativas en España, podría suceder que la gente se diera cuenta, a pesar de la desinformación oficial y oficiosa, del desastre de gestión de la pandemia y de los descarados asaltos a los fundamentos de nuestro sistema político que ha estado llevando a cabo este gobierno, con lo que podría darse una disminución en la intención de voto de izquierda. Aunque también podría darse el caso de que todo siguiera en la línea actual y los partidos de la coalición no sufrieran un desgaste significativo, lo que no es descartable dado el nivel de control que están ejerciendo sobre los medios de comunicación social y el aturdimiento por aburrimiento al que están sometiendo a la gente.

Pero aceptando las cifras anteriores, que significarían prácticamente un empate técnico, hoy por hoy la derecha solo tendría posibilidad de gobernar si presentara una candidatura conjunta. La izquierda tampoco lo tendría demasiado fácil, pero siempre puede contar con el apoyo, por supuesto interesado y depredador de los nacionalistas de todo tipo y condición, por lo que al final, aunque tapándose la nariz, podría lograr formar gobierno, aunque la gobernabilidad podría decirse que estaría demasiado condicionada.

Se podría decir que para que el centro-derecha presente una plataforma electoral única, con un programa y unas listas pactadas, tendría que ocurrir un milagro. No voy a decir lo contrario, pero a veces los milagros hay que provocarlos y trabajarlos, no solo desearlos. ¿Cómo se podría llegar a producir el milagro? Para empezar, los dirigentes de cada uno de los partidos tendrían que estar convencidos de la necesidad de proceder al acuerdo. También es necesario que los partidos cuenten con verdaderos líderes, esa persona que debe saber asumir su responsabilidad y ofrecer un camino claro hacia un objetivo ilusionante, una meta que merezca los esfuerzos y sacrificios que se puedan demandar a los seguidores y a él mismo. Pero cuando los egos de algunos líderes de papel impiden una visión clara de la realidad es necesario un empujón por parte de los afiliados y simpatizantes.

A estas condiciones iniciales hay que añadir que los negociadores deben:

·         Tener claros los principios de su formación política, los principales objetivos a lograr y las políticas para llegar ellos.

·         Conocer los objetivos y programa de las otras partes: sus pretensiones.

·         Tener de información de la necesidad de las otras partes de llegar a un acuerdo.

·         Analizar las áreas en las que existe coincidencias.

·         Determinar las partes en las que, sin haber coincidencia, existe la posibilidad de llegar al acuerdo.

·         Conocer las “líneas rojas” propias y de los demás. Mostrar firmeza. Valorar bien hasta donde se puede ceder, teniendo en cuenta la necesidad del acuerdo y los principios de la formación política.

·         Una vez trazada una posible zona de acuerdo, confiar en el interés de las partes en llegar a un acuerdo y tener paciencia. En ciertas situaciones es preferible un acuerdo regular que la ausencia de acuerdo. Hay que recordar que en un acuerdo todos deben ceder en algo.

A todas estas condiciones añadiría otras que los políticos en general deberían cumplir en todo momento:

·         Deben ser mesurados y prudentes en el uso del lenguaje. El insulto, la descalificación personal sin fundamento, la altanería y la chulería tan habitual en el día a día de algunos deben ser evitadas, porque evidentemente no propician un clima de acercamiento y rebajan la función política a la chabacanería.

·         Tener la decencia de prepararse intelectual y técnicamente para la función que desempeñan o aspiran a hacerlo. Deben hacerlo por amor propio y por lealtad al pueblo español.

En la situación actual de empate técnico el centro-derecha se va a ver abocado a un acuerdo previo a elecciones para poder presentar una plataforma con posibilidades de gobernar. Es lo que hay, mientras no se cambie la Ley Electoral y tengamos que seguir soportando el chantaje de grupos políticos que cuentan en el congreso con una representación muy por encima de lo que a sus votos reales le debería corresponder.

He revisado con paciencia los programas electorales del PP, VOX y de Ciudadanos. La verdad es que todos son duros de leer, pero tenía que hacerlo para comprobar hasta que punto pudiera ser posible un acuerdo de cara a las próximas elecciones legislativas. Me hice una tabla basada en 15 temas concretos, seleccionados entre los tratados en sus respectivos programas y he ido valorando la posibilidad de alcanzar en cada uno ellos algún tipo de acuerdo. Asignado los valores “Difícil acuerdo”, “Posible acuerdo” y “Acuerdo” en cada uno de los temas a las diferentes posibilidades de acuerdo entre los tres partidos concernidos resultado ha sido:

 Acuerdo Difícil: PP-VOX        =  4 temas/15

                              PP-C,s          = 3 temas/15

                            VOX-C,s        = 2 temas/15

                            PP-VOX-C,s  = 4 temas/15

 

Acuerdo Posible: PP-VOX        = 11/15

                             PP-C,s           =  8/15

                             VOX-C,s        = 12/15

                             PP-VOX-C,s  =  8/15

 

Acuerdo             : PP-VOX       =  0/15

                             PP-C,s          =   4/15

                            VOX-C,s        =  1/15

                            PP-VOX-C,s  =   3/15

En resumen, hay 11 materias en las que hay acuerdo o es posible alcanzarlo entre las tres fuerzas políticas. Solo en 4 sería difícil alcanzar un acuerdo tripartito: Ley Electoral, CGPJ y Fiscalía General, Financiación Autonómica y Pensiones. Y aun así, siendo difícil el acuerdo en esos temas, no lo veo imposible. Es cuestión de ponerse a trabajar por los españoles y olvidarse aunque solo sea un poco de los intereses particulares.

 

28 febrero 2021

LUIS BAILE ROY

 



[1] Publicados por El Mundo, Electomanía y Simple Lógica

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Luis Baile Roy

3 comentarios en “LA DIFICIL CONVIVENCIA EN EL CENTRO-DERECHA”

  1. Excelente Luis, buen análisis,con sentido común, neutral y bien documentado con la esperanza de que nuestros señores de centroderecha devuelvan a España la libertad y la confianza.
    Un abrazo
    Enhorabuena

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