UNA MINISTRA CON POCA DEFENSA
Señora Robles, para darle una idea del entorno en que se ha metido voluntariamente solo le daré este dato, que no es más que una muestra de la vergüenza que nos hacen pasar a los españoles:
Fuente: https://interactives.lowyinstitute.org/features/covid-performance/ |
El puesto 78 de los 98 países a los que Lowy Institute sometió a un análisis comparativo de la gestión de la pandemia, estudiando seis indicadores durante 36 semanas.
Usted saca pecho, con perdón, por la colaboración de diferentes unidades militares que han acudido sin rechistar, a veces mal protegidas, allá donde se les ha ordenado durante la pandemia. Ensalza el trabajo de nuestros militares en las misiones internacionales de establecimiento y mantenimiento de la paz, de reconstrucción en zonas de conflicto, o de estabilización y de colaboración con fuerzas locales en la lucha contra el terrorismo. Está muy bien presumir de ello y valorar esos indudables méritos de sus subordinados, pero la persona que dirige la Defensa de una Nación no se puede quedar ahí, se debe exigir algo más a sí misma, tanto en lo material como en lo moral.
Por lo que respecta a lo material, que es quizá lo menos importante, a usted no se le ha visto el más mínimo gesto de disgusto con el actual presupuesto de Defensa. Digo que no se le ha visto, puede que lo haya tenido en la intimidad, pero donde debe hacerlo no ha levantado ni la mano ni la voz para reclamar más atención. Muchos de sus predecesores tampoco, en ese aspecto puede estar tranquila, no se sale del guion habitual. Me inclino a pensar no obstante que la cuestión material no es en este asunto lo más importante, el factor moral en las Fuerzas Armadas es primordial. Bien aprendido lo tenía el contraalmirante de la Armada Española Méndez Núñez, al que se le atribuye la frase “La reina, el Gobierno, el país y yo preferimos más tener honra sin barcos, que barcos sin honra”, pronunciada al término de la batalla del Callo (Perú) en 1866.
Batalla del Callao |
El problema es que todo tiene un límite, puede usted seguir presumiendo del pundonor, entrega y profesionalidad de los soldados españoles, pero 155 años después de la batalla del Callo seguimos en una situación similar: HONRA SIN BARCOS. El compromiso contraído con la OTAN en la cumbre de Gales de 2014 fue dedicar el 2 por ciento del PIB de cada país miembro a gastos militares antes del año 2025. Supongamos que esa cantidad pueda resultar excesiva para algunas conciencias, imaginemos los desastrosos efectos de las sucesivas crisis en la economía española y por lo tanto la necesidad de apretarnos todos el cinturón, pero todo eso no justifica que, con crisis o sin crisis, con reservas de conciencia o sin ellas, fuéramos en el año 2018 el antepenúltimo país de la OTAN en cuanto a la contribución a la Defensa, posición que manteníamos el año 2020, pero en este caso hay que tener en cuenta que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) pasó a depender del Ministerio de Defensa y él solo tenía asignados unos 297 millones de €, lo que supone un 3,4% del presupuesto de Defensa del año 2020, año en el que aumentó un 1,2% respecto al 2019.
Debería usted considerar que, independientemente de los compromisos más o menos incumplidos con sus aliados de la OTAN, España tiene una amenaza no cubierta por esa alianza. Usted sabe bien cuál es y cuáles son sus principales objetivos. Sabrá también que, en algunos aspectos, esa amenaza ha superado las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas y, por lo tanto, va siendo la hora de que alguien alce la voz para, por lo menos, poder alcanzar el equilibrio de fuerza necesario. No sé si será usted la que levante la voz, me extrañaría, pero piense que en esos lugares objetivo viven cientos de miles de españoles que tienen derecho a seguir viviendo en su tierra con seguridad y libertad.
Como decía más arriba el factor moral en las Fuerzas Armadas es primordial. Por ello en la Academia General Militar, y en otras Unidades y Academias, ocupa un lugar preferente el poema de Calderón de la Barca al soldado español de los Tercios:
Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que el adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
Poco puedo yo añadir a este poema que refleja magistralmente lo que es o a lo que debe aspirar todo soldado español, de mayor o menor rango, de más o menos edad, retirados o en actividad.
Claro está que, irremediablemente, la condición humana impide que todos alcancen ese ideal, pero le aseguro que la exigencia de la formación de nuestros militares, el esfuerzo continuo para estar debidamente adiestrado, la disciplina bien entendida y comprendida, la sincera lealtad, la responsabilidad y el respeto por los superiores y los subordinados están en el ADN de la gran mayoría del soldado español. No sería así si no hubieran sabido responder, con decisión y acierto, a las difíciles situaciones, incluso de guerra, a las que se han enfrentado, a veces con recursos pobres o escasos.
Por ello no verá en esos soldados ni un mal gesto, ni oirá nada malsonante hacia usted. Pero la procesión va por dentro cuando ven que deja a los pies de los caballos a su subordinado, al JEMAD, cuando no estaba, ni mucho menos, claro que se hubiera saltado la norma sobre prioridad de vacunación ordenada por la Subsecretaría de Estado de Defensa, matizada o aclarada por la carta del Director del Gabinete Técnico de la subsecretaria que acompañaba a la citada norma. Es discutible si es conveniente que los mandos responsables de las operaciones de las FAS se vacunen en primer lugar, por aquello de mantener operativa la cabeza de la cadena de mando, o es preferible que se vacunen después de que lo hayan sido todos los que de ellos dependen. Para ambas opciones podríamos encontrar razones de peso. Puede que el corazón nos las diera a favor de la segunda, pero racionalmente podríamos encontrar razones suficientes para apoyar la primera. Lo importante en el caso que nos ocupa es que la norma de prioridad para la vacunación, emitida por su departamento, dejaba un hueco claro para la vacunación del personal de “….la estructura de mando operativasegún su edad que hacen el seguimiento de operaciones nacionales como ‘Balmis’ o ‘Baluarte’ u operaciones internacionales….”. Blanco y en botella. Usted no tenía ninguna necesidad de anunciar a la prensa que iba a pedir un informe al JEMAD sobre la vacunación de algunos mandos del EMAD, usted debía saber lo que su subsecretaria había ordenado, debía haber dado la cara y defender a sus subordinados y al jefe de la Guardia Civil destinado en el EMAD, que fue cesado provocadoramente por el ministro de Interior. Con su deficiente forma de proceder provocó que el General Villarroya presentara su dimisión, actitud que le honra al General y que es completamente lógica ante tal desatino por su parte. Lo extraño es que no se hayan producido más dimisiones.
Usted no ha llevado el asunto con la debida dignidad. No ha sabido defender a su subordinado ante las mal intencionadas maniobras de algunos medios de comunicación y de su compañero de gabinete, el señor Marlaska. Y, en el supuesto de que usted considerara que se había cometido alguna falta, tampoco ha sabido reprender con el respeto y rigor necesarios, en primer lugar a su subsecretaria y después a quien considerara. Estas dos actitudes con respecto a los subordinados: su defensa ante las injusticias y la respetuosa corrección de las faltas, son aprendidas por nuestros militares desde que se inician en la carrera de las armas. Diría que el artículo 5º del cabo de las Reales Ordenanzas de Carlos III de 1768 (hoy día vigente en las actuales Ordenanzas con una redacción similar), por su forma y por su fondo, sigue resumiendo magistralmente como se debe conducir un mando, y está interiorizado en el soldado español:
“El Cabo, como “Gefe” más inmediato del soldado se hará querer y respetar de él, no le disimulará jamás las faltas de subordinación. Infundirá en los de su “Esquadra” amor al oficio y mucha exactitud en el desempeño de sus obligaciones. Será firme en el mando, graciable en lo que pueda, castigará sin cólera y será medido en sus palabras, aún “quando reprehenda”
El Cabo con su Escuadra |
Es así de sencillo y a la vez de complicado señora ministra. Pero para mandar con responsabilidad hay que aplicarse sin reservas para hacerse querer y respetar. De lo contrario se pierde la “Auctoritas” que es un poder moral, basado en el reconocimiento o prestigio de la persona, y solo queda la “Potestas” que es el poder político capaz de imponer decisiones mediante la coacción y la fuerza. Entre las dos debe mantenerse un difícil equilibrio porque la “Potestas” es la ley, la norma, y se basa en un poder que se tiene y se ejerce, mientras que la “Auctoritas”no la concede la ley, se gana demostrando a los demás, mediante la experiencia, sabiduría y justicia que se es digno de respeto. El respeto al que son merecidamente acreedores la inmensa mayoría de los militares retirados, y al que usted ha faltado al insultar a aquellos que, ejerciendo su libertad de expresión, manifestaron por carta su lógica preocupación por la situación política de la Nación. Pero no se conformó con eso, también atentó contra la inteligencia y la verdad al relacionar, con mala intención, a los firmantes de las mencionadas cartas con los comentarios improcedentes, pero hechos en el ámbito privado, de algunos miembros de un grupo de WhatsApp de una promoción de la Academia General del Aire. Todo ello lo hizo, no solo ante las cámaras y los micrófonos de los medios de comunicación, cosa que entra dentro de la normal forma de proceder de un político de poca talla, también tuvo la sangre fría de hacerlo en la celebración de la Pascua Militar, ante el Rey y ante los compañeros de esos militares retirados, ante los que imagino que usted perdió la poca Auctoritas que pudieran haberle reconocido.
7 de febrero 2020
LUIS BAILE ROY
4 comentarios en “UNA MINISTRA CON POCA DEFENSA”
CREO QUE YA SE PUEDEN DEJAR LOS COMENTARIOS.
Así es Luis.
Excelente artículo, como siempre, en línea con los principios y valores del militar.
Desgraciadamente, ningún Ministro (a) de Defensa desde la democracia han tenido Auctoritas solo Potestas y es que es muy cómodo mandar un Ministerio donde la más principal hazaña es obedecer y el modo como ha de ser es ni pedir ni rehusar….como bien describió Calderón de la Barca en los versos que citas.
Un fuerte abrazo querido amigo y compañero.
Un perfecto resumen del autentico desatino de nuestra Ministra. Ignorando los derechos de sus subordinados y de los que ya no lo somos.
Muy acertado comentario. Desde fuera ya se ve que hay algo raro en esta destitución.