7 de julio de 2025 14:34

Blog sobre demografía y política

 «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los  remedios equivocados.»  Groucho Marx

REPASO DE LO OCURRIDO DURANTE LA PANDEMIA COVID 19 Y LA CORRUPCIÓN QUE VA AFLORANDO POCO A POCO

¿Qué encontrarás en este artículo?

NO DEBEMOS DISTRAERNOS CON LOS CUENTOS MONCLOVITAS

A propósito de todo este lío de las mascarillas y otros materiales sanitarios, adquiridos de mala manera y con malas artes durante la pandemia de la COVID 19, para poner los puntos sobre las íes, me veo en la obligación de recordar los aspectos verdaderamente importantes que se deberían tener en cuenta si queremos afinar la puntería y acertar en la petición de responsabilidades a nuestros políticos. Por supuesto, sin distraernos demasiado con el n-esimo ataque a la presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, a cuenta de los presuntos delitos fiscales de la actual pareja de Diaz Ayuso, cometidos cuando todavía no habían comenzado la relación y a sabiendas de que el citado individuo no ha tenido ninguna relación contractual con la Comunidad Autónoma de Madrid. Comprendo que abstraerse de esa distracción es difícil, pero deberíamos hacer el esfuerzo de liberarnos de la presión mediática del rodillo mediático movido desde La Moncloa y del vocerío organizado por el obediente PSOE de Sánchez, para librar a algunos de sus ministros, altos cargos del partido e, incluso, a la esposa del presidente de las insistentes sospechas que recaen sobre ellos, algunas ya judicializadas, de haber aprovechado la maldita pandemia y sus consecuencias para el enriquecimiento ilícito y acosta del ciudadano común, paganini de todas esas corruptelas.

LOS PRIMEROS MALOS PASOS

Los gobernantes de todos los países del mundo, y en especial de las naciones que tenemos unos medios de inteligencia más o menos eficaces, deberían de haber tenido siempre presentes los peligros inherentes al empleo de la biología sintética y al almacenamiento con fines científicos de agentes patógenos, que requieren de unos estrictos sistemas de bioseguridad y biocustodia, pero también de unos principios éticos que deben ser asumidos por los científicos implicados y por las organizaciones y Estados propietarios de los laboratorios en los que se realizan todos esos experimentos.

La competencia por los avances científicos biotecnológicos y la existencia de un sistema de patentes bajo el que se realiza gran parte de las investigaciones, han hecho hasta ahora que los sistemas actuales de verificación no resulten totalmente eficaces. Debemos entonces recurrir a confiar en la “ética de la responsabilidad”. Tenemos que confiar en que nuestros gobernantes y las élites que les sobrevuelan tengan muy en cuenta lo que dice Hans Jonas[1]: “ Dado que es nada menos la naturaleza del hombre la que entra en el ámbito de poder de la intervención humana, la cautela será nuestro primer mandato moral y el pensamiento hipotético nuestra primera tarea. Pensar las consecuencias antes de actuar no es más que inteligencia común. En este caso especial, la sabiduría nos impone ir más lejos y examinar el uso eventual de capacidades antes de que estén completamente listas para su uso”…. «actúa de tal manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de vida genuina sobre la tierra«.

La ética de la responsabilidad siempre ha estado en duda y por ello, entre otras razones, desde hace mucho han existido organismos dedicados a obtener inteligencia y a gestionar la información y la respuesta ante posibles fallos en los sistemas de bioseguridad y biocustodia. En el marco de la OMS, se contaba Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN), Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). En el ámbito europeo, en el año 2005 empezó a funcionar el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), pero hasta la Estrategia global de la UE publicada en el año 2016, no se tenía en cuenta la salud pública como un pilar esencial por sí mismo, sino que se le incluía como un aspecto más de la relación existente entre seguridad y desarrollo económico. A la UE siempre le ha venido al pelo el dicho popular de “Poderoso caballero es don dinero”. A nivel nacional contamos con la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), gestionada desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III. También se cuenta en España con el Centro de Coordinación en Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), creado en 2004, dependiente de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, para realizar actividades de inteligencia epidemiológica, coordinar la gestión de la información y apoyar en la respuesta rápida ante situaciones de alerta o emergencia sanitaria nacional o internacional que supongan una amenaza para la salud de la población.

Habría que añadir que, el 14 de enero de 2020, ya con Sánchez en La Moncloa, el ejecutivo aprobó la creación, dentro del Gabinete de la Presidencia, de una Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, bajo la «dependencia directa» de Ivan Redondo, el Bolaños de entonces. Ahí se realiza «el análisis metodológico y la canalización de la información de los retos, oportunidades, y tendencias multisectoriales del país, que permita el desarrollo de estrategias nacionales anticipatorias y de previsión a largo plazo». ¡Para partirse de risa! La COVID les pasó por encima sin enterarse, pero claro, es que están ocupados en otros menesteres más de andar por casa, aunque no sean de largo plazo.


[1] https://www.observacionesfilosoficas.net/reflexionessobreelprincipio.html

Sin embargo, en España hay. Además, unos cuantos laboratorios de ideas o centros de pensamiento (Think Tanks) que no son tan dependientes de los caprichos monclovitas, entre ellos es especialmente digno de mención, por su independencia y la seriedad de sus análisis, el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), que en el año 2019 elaboró el Cuaderno de Estrategia nº 203 con el título de Emergencias Pandémicas en un Mundo Globalizado, que fue un trabajo minucioso y claro de los riesgos y de la manera de enfrentarlos. ¿Se lo leyeron en La Moncloa o en los órganos responsables del Ministerio de Sanidad? Me da que no.

Por aquel entonces también se habían conocido o, por lo menos deberían haberlo hecho, testimonios de personas implicadas en episodios de brotes víricos, como el que se puso de manifiesto en el documento de lecciones aprendidas de la misión militar francesa desplegada en Guinea en 2014 que manifestaba: “la necesidad de disponer de un almacén nacional para poder hacer frente a las necesidades logísticas que se precisen para responder con eficacia a este tipo de situaciones, para lo cual es fundamental que los gestores y políticos sean conscientes de que la respuesta sin preparación es garantía de fracaso, para lo cual es necesario dotar de los créditos necesarios para poder establecer y mantener un almacén nacional de medicamentos, pero también de equipos y materiales específicos para hacer frente a este tipo de emergencias, incluso aunque no vayan a ser utilizados, ya que se desconoce cuándo podrían ser necesarios”. En el mismo sentido la OMS ha recomendado varias veces a los países que potenciaran sus capacidades de preparación y respuesta, con el apoyo de “defensa” como un área esencial, integrada e interdependiente con las otras áreas, en la prevención, preparación, respuesta y recuperación ante episodios de este tipo.

Por lo acontecido con la COVID 19, en la gran mayoría de países no se atendieron, y me temo que sigue sin hacerse, esas advertencias, primando el criterio de máximo rendimiento económico y político por encima del de la salud pública. Los gobiernos no habían dedicado, ni dedican, ni un reglón en los presupuestos a la investigación ni al acopio de equipamiento de protección y medicamentos para el muy probable caso de pandemia.

El almacenamiento preventivo y el establecimiento de normas para operar con rapidez en casos de propagación de virus es esencial. No se trata de acumular grandes cantidades de material, más bien consiste en almacenar una cantidad suficiente para soportar el principio de una crisis, mientras se ponen en marcha la fabricación y/o importación de los medios que vayan siendo precisos. Pero claro, esto supondría un gasto del que poco beneficio inmediato se podría sacar, ni política ni en económicamente, fuera éste legal o ilegal.

En pocas palabras, había información suficiente y de calidad como para que se hubieran tomado en serio las medidas preventivas. No se hizo porque pesó más la economía y los réditos políticos (por ejemplo, mantener a todo trance las manifestaciones del 8 M), que la salud en la trucada balanza de los gobiernos, como creo que dejé claro en un artículo escrito en abril de 2020.

No sé si todos los organismos nacionales concernidos en las funciones de alertar, prevenir y preparar para una crisis de este tipo advirtieron a tiempo o, si lo hicieron, no se les atendió, pero el hecho es que las medidas a corto plazo se tomaron tarde. Por supuesto que las medidas preventivas a largo plazo no las habían tomado ninguno de nuestros gobiernos de los veinte últimos años, a pesar de que advertencias existían y eran abundantes. Al primer gobierno de Sánchez le tocó bailar con la más fea, que se le va a hacer, y lo hicieron mal porque, como he dicho antes, pesó más la economía, sobre todo la de algunos “listos” y los réditos políticos.

ALGO FALLÓ EN LA GESTIÓN DE LA PANDEMIA. ALGO OLÍA MAL

Para empezar por la base, para disponer de los tests, que tan decisivos demostraron ser al principio de la pandemia para el control de la propagación en países como Corea del Sur o en Australia (gráfico 1), no se aprovecharon las capacidades nacionales. Aquí teníamos empresas que disponían entonces de tests que no se adquirieron. También teníamos empresas españolas de biotecnología con capacidad para fabricar más de 700.000 test de coronavirus a la semana, con posibilidad de doblar esa cifra. Sin embargo, el gobierno español decidió comprar todo en el exterior, no siempre en buenas condiciones ni en tiempo oportuno. El 24 de marzo de 2020 llegaban los primeros 640.000 test rápidos procedentes de China y Corea del Sur, pero ya el día 26 se denunció que muchos de los test no funcionan bien. Empezaba el culebrón de comisionistas, amigos, etc .

A primeros de abril de 2020,  los problemas de abastecimiento de material de protección y sobre todo de respiradores eran graves ante el colapso de los servicios de urgencias en varias comunidades. Las compras en el mercado chino se empezaron a hacer mediante la gestión de empresas españolas, muchas de ellas de sospechosa reciente constitución y de dudosa capacidad.

Puede que nos hayamos olvidado, pero a finales de abril de 2020 teníamos uno de los índices de contagios por 100.000 habitantes más elevados del planeta. El número de fallecidos en el año 2020 que, según el INE, en comparación con la media de los años anteriores, indicaba que habían muerto por COVID 19 unas 80.000 personas, lo que significaba uno de los mayores índices relativos. La realidad es que los defectos estructurales de los 18 sistemas de sanidad que conviven en España, unida a una deficiente gestión de la crisis nos llevó a sufrir una evolución de los contagios endiablada y comparativamente vergonzosa, como expuse en un gráfico (gráfico 2) elaborado a mediados de mayo de 2020, comparando nuestro caso con Portugal y Corea del Sur.

Ahí estaba el ministro Salvador Illa, cuya gestión su gestión en el ministerio de Sanidad suscitó fundadas sospechas de irregularidades en las compras de material sanitario. De hecho, la Agencia Tributaria puso en marcha una inspección sobre las empresas intermediarias en la compra de material sanitario ante las sospechas de fraude. Muchas de las adquisiciones se realizaron a través de sociedades fantasmas y empresas que se no contaban con experiencia ni relación anterior con el sector sanitario, con domicilios fiscales falsos o desconocidos, sin empleados y sin los permisos de importación y que, en algún caso, tuvieron que ser tramitados con urgencia a requerimiento del propio ministerio. Luego se supo de sobreprecios, de material defectuoso y, casualmente, que alguna de esas empresas que nunca habían tenido que ver con material sanitario, que incluso fueron rápidamente constituidas, tenían su domicilio en un pueblo próximo a Roca del Vallés, donde fue alcalde Illa. Casualidades de la vida. O no, porque el pasado del ministro tampoco estaba muy limpio:  fue cesado en el año 2009 del cargo de Director General de Infraestructuras de la Consejería de Justicia de la Generalidad, cuando era presidente Montilla, al descubrirse un sobrecoste del 52% en lo proyectado para la ejecución de la Ciudad de la Justicia de Barcelona. Parece ser que el filósofo, elevado a ministro, no adquirió, con aprovechamiento, las enseñanzas del Master of Business Administration (MBA) que cursó en elIESE Business School dela Universidad de Navarra. ¿O sí?, vaya usted a saber.

A pesar de todo, ni la más mínima autocrítica. Además, contra las críticas se emplearon, y se emplean, todo tipo de artimañas, para procurar eliminarlas de las redes sociales y de los medios de comunicación. Solo a veces lo lograron, pero en el intento esta su falta. No obstante, la verdad es tozuda y hay algunos pertinaces periodistas y analistas que no sueltan la presa, por eso ahora vemos que lo de Illa era solo la punta de un Iceberg que cubrieron como pudieron con una espesa niebla de desinformación y disimulo.

LA PROFUNDIDAD DEL ICEBERG

Ahora resulta que en el seno del Ministerio de Fomento se estaba presuntamente amparando a unos personajes dignos de película de Torrente, que organizaron una red de empresas del mismo calibre de las utilizadas por Illa, de intermediarios, de conseguidores y de sinvergüenzas varios, cuya exclusiva finalidad era la de forrarse descaradamente, aprovechando la triste circunstancia de una pandemia que se estaba llevando por delante a muchos de sus compatriotas.

Ha salido a la luz el caso Koldo, que unos dicen que es el caso Ábalos y otros el caso PSOE. A mí me da igual cómo lo llamen, el fondo es el mismo: la irresponsabilidad y la falta absoluta de ética y honradez de unos personajes a los que increíblemente los hemos designado como nuestros representantes, ¡vergüenza nos debería dar! Unos políticos que han utilizado o han sido utilizados por golfos y bribones de baja estopa para incrementar las cifras de la corrupción en nuestra Nación y llenar sus bolsillos.

Podrán mirar para otro lado, podrán intentar hacernos mirar hacía Isabel Diaz Ayuso o hacia Eva Cárdenas, pero no van a poder desviar la mirada de los españoles de su iceberg de corrupción, por lo menos de los que aún no hemos sido abducidos por sus sofisticadas técnicas de adoctrinamiento social y adormecimiento de conciencias. La mayoría de los españoles sabemos que la mole del iceberg de su corrupción es inmensa y, en este caso, además, asquerosa porque ha estado jugando con la vida de sus compatriotas.

En ese fétido enjuague han estado presuntamente involucrados dos presidentes de comunidad autónoma. Nada menos que la primera autoridad de Baleares y de Canarias, dos personas que por su cargo deberían haber obrado pensando en el bien de sus ciudadanos, sobre todo en las circunstancias que se estaban viviendo, sin dejarse influenciar por las presiones de mafiosos compañeros de partido. Pero no parece que actuaran con la honradez que exige el estar al servicio del pueblo.

Aunque moleste al más guapo presidente de las pasarelas europeas, no me olvido de las sospechas que están recayendo sobre su esposa, Begoña Gómez. Al parecer su relación con los Hidalgo, los de Globalia y Aireuropa y los más que probables intercambios de favores, que pudieron llevar al rescate económico de la línea aérea (615 millones de euros), están siendo investigados porque cuando el rio suena agua lleva y en este caso suena mucho. La señora del presidente, que fue colocada como directora de la catedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva sin contar con titulación universitaria alguna, nada menos que en la Universidad Complutense de Madrid, se dedica a organizar eventos y plataformas en los que se enseña a captar fondos para entidades sin ánimo de lucro del tercer sector, en las que el principal aportante de fondos es el Gobierno de su marido Pedro Sánchez casualmente. Antes de dedicarse a esa cátedra, por cierto subvencionada por los Hidalgo de Globalia, Begoña Gómez trabajó durante cinco años en el Instituto de Empresa. En ese periodo se hizo cargo del África Center, tejiendo entonces una importante red de contactos en África. Sus actividades de entonces llevaron al diario digital France Soir a vincular la crisis entre España, Argelia y Marruecos con los presuntos negocios en Marruecos de Begoña Gómez. Ya saben “la mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo”. No parece ser el caso, de casta le viene al galgo.

ESCASA REACCIÓN ANTE TAMAÑO ESCARNIO, DE MOMENTO

Pensando en la infinidad de casos de corrupción que han afectado a casi todos los partidos políticos desde hace años y en los episodios que estamos viviendo de una corrupción política que no habíamos conocido antes, ahora que se está vendiendo la soberanía nacional por parte del actual gobierno y los partidos que lo componen a cambio de la permanencia en el poder, parece increíble que no haya una rección contundente de la sociedad.

No se trata de incendiar las calles, como seguramente ya habría ocurrido en Francia, se trataría de una rección coordinada de la sociedad civil, de los cuerpos del Estado que están siendo despreciados y malempleados, de las CCAA, de las Diputaciones……para parar la deriva de este gobierno que está llevando a España a una situación de incertidumbre económica, de inseguridad jurídica y de desintegración social y territorial.

Solo veo algunos tímidos movimientos, seguramente de gente bienintencionada, que se organizan para intentar sacar adelante opciones políticas que ofrezcan a los votantes la posibilidad de abandonar la mala costumbra de votar a los que han demostrado reiteradamente su falta de honestidad. Me ha llegado información del Movimiento Iustitia Europea y del Partido Izquierda Española, ambos se van a presentar a las próximas elecciones europeas. Les deseo sinceramente buena suerte.

Espero, y estoy seguro de que será así, al final surgirá un nuevo partido, un movimiento o como se le quiera llamar que se atreverá a llamar las cosas por su nombre y propondrá formalmente una reforma de la Constitución Española para corregir los errores de aquella Transición que, con el tiempo, se han evidenciado. Porque aquellos políticos hicieron lo que pudieron, en las circunstancias con que las que les toco lidiar, pero el sistema político que resultó entonces ha degenerado de tal manera que es imprescindible replantearlo con valentía y sin pérdida de tiempo.

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Luis Baile Roy

1 comentario en “AVANZAR SIN DISTRACCIÓN”

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