7 de julio de 2025 16:10

Blog sobre demografía y política

 «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los  remedios equivocados.»  Groucho Marx

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LA GESTIÓN, NO GESTIÓN

Una de las primeras acciones acertadas dentro del ámbito del gobierno que podía haber sido imitada y no lo fue, se produjo el 24 de enero protagonizada por un reconocido funcionario de la Dirección General de la Policía del Ministerio de Interior, Jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, que proponía por escrito unas medidas preventivas (figura 1) para los funcionarios policiales, ante la posibilidad de expansión del virus anunciada por la OMS. Esa propuesta se filtró antes de ser aceptada por sus superiores y al poco tiempo fue cesado, se supone que por haber creado alarma injustificadamente. Me pregunto que habrá pasado en ministerios como el de Sanidad, Movilidad, Competencia, etc.

                        Figura 1        
Aunque parece que nuestros gobernantes y sus asesores sí se pudieron dar por enterados antes de lo que se avecinaba, lo cierto es que todo esto ha caído como una avalancha, con gran estruendo y mucha rapidez. Por ello primero hay que analizar, aunque sea solo someramente, la situación de nuestro sistema sanitario; para ello voy a exponer algunas tablas y figuras con datos comparativos respecto de otros países y de la Unión Europea (UE), más vale una imagen que mil palabras.

En la tabla 1 comparo algunos países, entre los que se encuentran países en mejor situación económica que el nuestro, y países con similar y peor situación. Las primeras cifras que llaman la atención, como nota negativa de nuestro país, son las del número de camas de hospital y de camas de UCI por 1000 habitantes, en las que estamos en unos niveles bajísimos; otra nota negativa es nuestra proporción de personal de enfermería respecto al número de médicos (figura 2); según los entendidos, en el cuerpo de enfermería faltan unos 130.000 profesionales para alcanzar un nivel adecuado y proporcional; las notas positivas son que estamos entre los países con un número más alto de médicos por 1000 habitantes y que tenemos una asistencia sanitaria casi universal, aunque esto no se refleje en la tabla. En las dos últimas columnas expongo los números correspondientes a los contagios y muertos por coronavirus por 1000 habitantes, en ellas se puede observar que el 8 de mayo éramos el país con mayor número de contagios y el segundo del mundo en número de muertos por 1000 habitantes. Los números correspondientes a España en las cuatro primeras columnas se miren por donde se miren, son el efecto de las políticas de “todos” los gobiernos de nuestra nación y de nuestras CCAA durante los últimos 35 años, en eso sí que han sabido trabajar a largo plazo, mira por dónde. Los correspondiente a España en las dos últimas columnas son consecuencia, en parte de la situación del sistema sanitario y en mayor prporción de la falta de previsión, preparación, gestión y capacidad del gobierno actual. Téngase en cuenta además que el Sr. Sánchez lleva en el cargo de presidente del gobierno desde el 1 de junio de 2018, sea en funciones, interino, mediopensionista o de verdad. Es decir año y medio, tiempo en el que, además de maniobrar de todas las formas posibles para mantenerse en el poder, podía haber intentado hacer algo más.

Por lo que parece nuestro sistema sanitario, “sumatorio descoordinado y asimétrico” de 17 sistemas sanitarios regionales, no es tan potente como creía y manifesté en algún artículo anterior. Si es cierto que la valía profesional del personal sanitario es excelente y de sobra lo están demostrado en esta crisis, pero eso no es suficiente ante la avalancha que se nos ha venido encima. Por lo que parece, dada la capacidad de nuestros hospitales y nuestras unidades de cuidados intensiva, no debíamos habernos arriesgado a que la curva de contagios y casos graves ascendiera mucho y bruscamente, pues nuestro sistema sanitario podía colapsar, como así ha sucedido. En mi opinión el sistema colapsó a final de marzo, a pesar de que el mando único que asumió el gobierno con el decreto de alarma facultó a las autoridades sanitarias de las CCAA para disponer de la sanidad privada. El colapso no se produjo en todas las comunidades por igual, pero pocas se han librado de los momentos difíciles.

Tabla 1

Camas x
1000 h.
Camas UCI
x 1000 h.
Médicos x
1000 h.
Enfermeros x médico
Contagiados  
x 1000 h. (*)
Muertos
x 1000 h. (*)
Corea Sur
11,5
0,11
2
0,21
0.005
Alemania
8,3
0,3
4
3,2
2,08
0,09
Hungría
7
1,14
3
1,9
0,33
0,043
Francia
6,5
0,11
3
2,9
2,08
0,398
Rumanía
6,3
0,21
2
2,3
0,80
0,05
Bélgica
6,2
0,17
3
3,6
4,67
0,76
Estonia
5
0,14
3
1,7
1,32
0,046
Malta
4,7
4
2,2
1,04
0,013
Grecia
4,3
0,06
5
1,4
0,25
0,014
Italia
3,4
0,08
4
1,5
3,64
0,508
Portugal
3,4
0,04
3
1,4
2,69
0,11
España
3
0,09
4
1,4
4,86
0,57
EE.UU
2,9
0,3
3
4
4,12
0,245
UK
2,8
0.07
3
2,9
3,38
0,484

        (*) Datos de 8 de mayo 2020. Los datos de sistemas sanitarios provienen de diversas fuentes y con datos referidos al periodo 2014-2017.

  
                

https://www.consejogeneralenfermeria.org/sala-de-prensa/noticias/item/11394-recursos-humanos-sanitarios-una-foto-fija-inalterada-e-inalterable                                                                            Figura 2


En la Figura 3 he dibujado las curvas de contagios de España y Corea del Sur desde el día en que cada país comunico su primer contagio, hasta pasados los dos primeros meses de crisis sanitaria por el Covid-19. He elegido a Corea del Sur para realizar la comparación con España sabiendo que las costumbres y el carácter de su población difieren de los nuestros, pero es un país con solo 4 millones más de habitantes más que nosotros y un PIB que supera al nuestro en solo un 8%. Por otro lado, aunque podría haber elegido otro país con mayor semejanza en cuanto a idiosincrasia y con variables más favorables a nosotros, he preferido tirar por lo alto, porque siempre es mejor emular al que va por delante que al que llevamos detrás. En la gráfica se ve que el primer positivo de corea del Sur se comunica el 20 de enero y en España se comunica el 1 de febrero, son los respectivos días D.

Corea del Sur empezó a tomar medidas al menos dos semanas antes de comunicar su primer caso de contagio, el 20 de enero. El caso correspondía a un viajero que el día 8 llegaba a un aeropuerto coreano, procedente del foco del virus. En el control aeroportuario se le detectó una temperatura corporal superior a la normal y se procedió a su evaluación médica y posterior aislamiento. Simultáneamente a la comunicación de ese contagio ese país elevo al segundo nivel la alerta sanitaria. Se puede pensar que fueron un poco exagerados y que, en todo caso, su nivel de sensibilización era más alto al estar al lado del foco chino de contagios, bien podría verse de esa manera, tuvieron suerte: acertaron.

Elaboración propia, Datos de diversas fuentes.

Figura 3

En España el primer contagio se comunica el 1 de febrero, pero ese hecho no produjo ninguna reacción en las autoridades, como tampoco la produjeron los avisos, tímidos pero claros, que la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (CEPCE) venían dando sobre la peligrosidad del virus y la necesidad de prever la disponibilidad y/o acceso a material de protección y medicamentos. El día 12 los organizadores el Mobile World Congress de Barcelona, toman la prudente medida de cancelar el evento, dada la expansión del virus y la facilidad con que se contagia. Esta medida es muy mal recibida por las autoridades españolas, desde el ayuntamiento de la ciudad hasta el gobierno de la nación. Trece días después del primer positivo el Consejo de Sanidad de la UE propone: “vigilar el riesgo de desabastecimiento de medicamentos y equipos importados desde China….aplicación de ….contramedidas no farmacéuticas como el aislamiento, la cuarentena y la limitación de contactos sociales”, pero el ministro Illa dijo: España tiene suficiente suministro de equipos personales de emergencia en este momento”, seguramente no le había dado tiempo de conocer la realidad, digo yo.

En Corea, al octavo día después de haber comunicado el primer contagio ya estaban ampliando el número de camas en los hospitales, poniendo en marcha sistemas de detección temprana de casos de contagio, realizando desinfecciones en lugares públicos, estableciendo sistemas de teleasistencia para atención al ciudadano y llevando a cabo el aislamiento de los contagiados y sus contactos. Dos semanas después haber comunicado el primer caso (2 de febrero), con solo 15 casos positivos, prohibieron la entrada de personas procedentes de la provincia china de Hubei, aplicaron la cuarentena solo a los contagiados y sospechosos, así como a sus contactos y pusieron en marcha un plan para producir en país 10 millones/día de mascarillas en empresas del país. En su vigésimo quinto día (13 de febrero), cuando llevaban 28 positivos, difunden una App de autodiagnóstico que, en caso de posible positivo, deriva al usuario al sistema telefónico de gestión de tests para confirmar su estado, cierran las guarderías, centros de mayores y de discapacitados, además de realizar una intensa campaña clara y sin vacilaciones para promocionar el uso de mascarillas y las medidas higiénicas, así como el distanciamiento social. Se recomienda salir de casa solo lo imprescindible y se promueve el teletrabajo, pero sin confinar a nadie obligatoriamente aún, a menos que se tuvieran síntomas. Se prohibieron las competiciones deportivas y se llevaron a cabo desinfecciones sistemáticas de lugares públicos, así como de aquellos lugares en los que se localizó o por los que pasó algún infectado, haciendo pública a su vez la información de la situación de esos lugares. Pusieron a disposición de las autoridades sanitarias 118 laboratorios habilitados para el análisis de los tests, que se empezaron a realizar en 663 puntos de control que podían llegar a realizar más de 20.000 tests/día, de forma que se agilizó mucho el proceso y la información de los resultados, que se daba telefónicamente en tres días.

El gobierno de España, como los de algunos de sus países vecinos, a las dos semanas del primer contagio, aun no ve motivos para tomar medidas preventivas, de hecho se permite que el Valencia CF y sus aficionados se trasladen a Bérgamo para jugar el día 18 un partido contra el Atalanta, cuando ya había sospechas de que el virus había llegado al norte de Italia, luego se supo que el 35% de la plantilla del equipo español se contagió entonces. Solo cinco días después, el 23 de febrero, en Italia ya se conocían 150 casos positivos, de los que 26 habían entrado en UCI y entre el 23 y 25 se produce un gran incremento de los contagios en el Norte de Italia. El vigésimo quinto día de nuestra particular escala de tiempos (25 de febrero), cuando ya teníamos 6 casos positivos y en Italia había más de 220 casos positivos y 7 muertes, el gobierno declaró zonas de riesgo a varios países de Asia y a la zona norte de Italia, pero siguió sin tomar ninguna medida importante más y continuó en el nivel 1 estado de alerta sanitaria. Pasan los días con cierta preocupación en la ciudadanía, pero no se hacían controles en los aeropuertos, ni en los puertos a las personas procedentes de las zonas de riesgo. El ejecutivo estaba empeñado en ofrecer una imagen de normalidad, tan es así que cuando la OMS pedía que el mundo se preparara para una pandemia, el ministro de Sanidad Sr. Illa manifestaba: no hay que caer en alarmismos…No es necesario ir con mascarillas por la calle”. Empezaba entonces la cantinela de si era conveniente o no llevar mascarillas, de si era o no bueno usar guantes, de si hacer tests servía o no servía. Y mareando la perdiz con esas cuestiones casi llegan hasta hoy y no se todavía si están seguros de algo.

En Corea el día 23 de febrero, su trigésimo quinto día desde su primer caso positivo, tenían 602 contagios y 4 muertos, pero ya declararon el nivel máximo de alerta sanitaria y pusieron en cuarentena a dos ciudades, solo dos ciudades. Hasta el 7 de marzo se produce el gran aumento de casos hasta los 7000 pero, gracias a las medidas tomadas en tiempo oportuno, en las siguientes dos semanas solo se producen 1600 casos positivos más. Por lo tanto a los a los 60 días de haber comunicado su primer contagio Corea logro la inflexión adecuada en la curva de casos (figura 3) para evitar el colapso de su sistema sanitario y poder controlar la situación. Pero claro allí no hubo vacilaciones en cuanto al uso de mascarillas, tampoco faltaron respiradores y se hicieron gran cantidad de tests, sobre todo en el principal foco del brote, para poder aislar a tiempo a los casos positivos. El 18 de marzo ya se habían hecho 260.000 tests PCR.

A España le llega el trigésimo segundo día de nuestra escala de tiempos (3 de marzo), con 165 casos positivos y 1 muerto, y nuestro gobierno solo recomienda disputar a puerta cerrada las competiciones con equipos procedentes de zonas de riesgo. En esas fechas se localizó un foco de contagio en Vitoria a consecuencia del que, el 6 de marzo, se ordenó a la Guardia Civil poner en cuarentena a un grupo de familias en Haro, pero el gobierno seguía dando una apariencia de total tranquilidad y control. Durante todos estos días se siguen jugando las competiciones deportivas con total normalidad. Y el 8 de marzo se realizan manifestaciones multitudinarias por el día de la mujer, no sólo autorizadas, sino alentadas desde el gobierno y también se autoriza un mitin de VOX, todo ello a pesar de recomendaciones en sentido contrario de la UE y de expertos españoles. Ese día ya se contaban 673 casos positivos y 17 muertos. Cuando ya llevábamos 38 días desde el primer contagio, el día 9 de marzo, los contagios ya eran más de 1000 y los fallecidos 30, y fue cuando el gobierno reaccionó algo por primera vez, ahora ya podía mostrar cierta preocupación y podía declarar zonas de transmisión comunitaria del virus a Madrid, La Rioja, Vitoria y Labastida, en la que suspendía las actividades de más de 1000 personas. No obstante se juega a puerta cerrada el partido de vuelta Valencia CF-Atalanta, pero con un nutrido grupo de aficionados italianos en las cercanías del Mestalla, a los que no se les hizo ningún control sanitario en el aeropuerto. Y ya, una vez jugado el imprescindible partido de fútbol en Valencia, el ejecutivo se decide a suspender los vuelos procedentes de Italia, cuando en ese país ya había más de 10.000 contagiados y 631 muertos y había estado entrando en España buena cantidad de viajeros procedentes de Italia, como puede verse en la figura 4, en la que puede observarse también la medida al respecto de China adoptada por el gobierno coreano. Parece que todo iba rodado, pasa el 8M y el partido del 10M y ya podemos ponernos serios, pero solo en apariencia, porque seguía el sainete de la mascarilla si y no, de los guantes de quita y pon, de los respiradores que no aparecen y de los tests buenos, malos y defectuosos. En resumidas cuentas, una cantidad de cambios de parecer, de imprecisiones y de gestiones fallidas, por no llamarlas de otra manera si pensara mal.

               

Figura 4

En España, desde el día 10 de marzo parece que las cosas empiezan a cambiar, después de tantas dudas sobre el uso o no de mascarillas, de si se jugaban o no los partidos de futbol, de si ir o no a las manifestaciones, ya parece que el personal gobernante se lo va a tomar en serio. Casi les pilla el toro porque, o casualidad el 11 de marzo la OMS declara la pandemia mundial, tres días después del festivo día 8. Seguro que un montón de directores generales, subdirectores, jefes de área, jefes de sección, etc. llevaban mucho tiempo atónitos e incrédulos de lo que estaban viendo, pero aún así supongo que seguirían trabajando por si los políticos les pidieran algo. El cuadragésimo tercer día de nuestra escala de tiempos, el 14 de marzo el gobierno declara el estado de alarma nacional y sube el nivel de alerta sanitaria al 2. Pero con la picardía de que la declaración de estado de alarma fue anunciada uno o dos días antes, por lo que se produjeron numerosos desplazamientos a segundas residencias, con lo que se pudo producir cierta propagación del virus. A esas alturas ya teníamos más de 6000 contagiados y 200 muertos, y el número casos diarios iba en aumento.

En 11 días, el 25 de marzo, llegamos a alcanzar la cifra de 48000 contagiados y 3400 difuntos, un incremento brutal que presagiaba días muy duros. Estábamos en el quincuagésimo quinto día desde el primer contagio y en los hospitales se apreciaban ya algunos síntomas de que el colapso del sistema se podía producir en no demasiado tiempo. Además los medios de protección, y respiradores ya escaseaban, a pesar de que el ministro de sanidad había asegurado que había suficiente suministro. A mí me extrañaba no ver a ninguno de esos experimentados funcionarios del ministerio, que seguramente tenían mucho que decir, además de lo mucho que seguramente estaban haciendo. Poco a poco fui comprendiendo la situación, la pandemia estaba sirviendo para mover el cajón de los ratones e ir colocando las fichas al gusto del cada uno de los nuevos ministros, además de situar a sus personas de confianza en direcciones generales sin ser funcionarios como el cargo requiere. Y todo en un entorno de control absoluto de las comunicaciones, pero no para transmitir a la ciudadanía normas y consejos claros, no, en ese aspecto todo era confuso, cuando no contradictorio y sometido a continuas correcciones, se daba la sensación de que se hablaba sin el suficiente conocimiento y no se dejaba hablar y hacer a los que sabían; el control de las comunicaciones estaba claramente dirigido a evitar que salieran a la luz los numerosos errores y fiascos, que se fueron cometiendo por ejemplo, y entre otras cosas, en las primeras adquisiciones de material sanitario que se hicieron tarde y a la carrera, por un mando centralizado que contaba con órganos oxidados por la descentralización del sistema sanitario y con la avidez de los inevitables oportunistas que siempre sacan beneficio de la tragedia.

De esa manera, sin líneas de actuación claras, entre muchas contradicciones y sospechas de corrupción, se alcanzaron los 60 días en nuestra escala de tiempo, llegando al día 1 de abril con 102.136 infectados y 9.053 muertos y sin doblegar la curva de contagios. Llegó el con colapso hospitalario, el colapso de las funerarias, el despliegue de hospitales de campaña, las residencias de ancianos muy afectadas y muy poco atendidas, y la falta de material de protección y sanitario para hospitales y sanitarios, cuerpos de seguridad, servicios de emergencias, fuerzas armadas, servicios de limpieza y población en general.

Los tests que tan decisivos resultaron en el control de la propagación en Corea y en otros sitios como Alemania, no llegaban o llegaban mal. Pero tampoco se aprovecharon las capacidades nacionales, puesto que aquí tenemos empresas que disponían de tests y no se les adquirió ni al principio, ni después. También tenemos empresas españolas de biotecnología con capacidad para hacer más de 700.000 test de coronavirus a la semana, y con posibilidad de doblar esa. Tampoco se han aprovechado las capacidades de los laboratorios de investigación para analizar las muestras de los tests, ya que muchos han permanecido cerrados desde el inicio del confinamiento, por no ser trabajos esenciales.

En el siguiente artículo seguiré analizando la gestión y descubriré cuando se empezó a doblegar la dichosa curva de contagios y comenzó el alivio de la presión del estado de alarma. 

LUIS BAILE ROY

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Luis Baile Roy

5 comentarios en “LA GESTIÓN, NO GESTIÓN”

  1. No he leído hasta ahora una historia tan completa, precisa y bien documentada como la que acabo de leer. Sigue así Luis, porque eres un artista con la pluma, clarividente con el pensamiento, equilibrado con el ánimo, a pesar de esta gran tragedia. El desembarco de Normandía costó entre 25000 y 30000 muertos entre los dos bandos. Aquí ha sido así de terrible. Enhorabuena

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