7 de julio de 2025 15:58

Blog sobre demografía y política

 «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los  remedios equivocados.»  Groucho Marx

¿Qué encontrarás en este artículo?

En el artículo del 23 de enero, cuando Putín solo estaba de bravatas, mencioné algunas referencias históricas que, según quién las utilice, unen o separan a Rusia y Ucrania. También mencioné el exagerado nacionalismo de Putin, de esa ideología que, como bien sabemos los españoles, por lo menos algunos, es abono del mejor para alimentar las más bajas pasiones y justificar el odio al enemigo elegido por una élite interesada. Me atrevería a decir que es aún peor que el comunismo y ya es mucho decir si atendemos al número de víctimas mortales que ha producido esta última. Recordé también algunos episodios ocurridos entre los años 1985 y 1991, que podrían haber supuesto hacer de la actual OSCE la estructura de seguridad europea, en sustitución tanto de la OTAN como del Pacto de Varsovia y podían haber sido el principio de la “Casa Común Europea” que, tal y como proponía Gorbachev, suponía el acercamiento de Rusia a la Comunidad Europea (CE), para establecer un espacio de seguridad colectiva, una cooperación económica y un espacio europeo sin fronteras, en el que primaran los valores humanos universales. Sin duda que esa pretensión hubiera supuesto a medio plazo un sacrificio económico para la CE, pero a largo plazo pienso que hubiera sido positiva para todos y seguramente hoy no tendríamos que contemplar la vergonzosa invasión de Ucrania. Posiblemente aquella apuesta tuviera sus riesgos, pero me parece que ni siquiera se sopesaron, simplemente se estuvo al dictado de los intereses norteamericanos, entonces muy volcados en Europa.

El 30 del mismo mes, dejé clara mi opinión sobre el efecto que ha tenido el presunto incumplimiento, por parte de la OTAN (más concretamente del que fuera Secretario de Estado norteamericano James Baker), de no extenderse hacia el Este más allá de las posiciones que ocupaba cuando cayó el muro de Berlín. En los últimos 30 años la OTAN ha incluido en su organización a países de la antigua órbita soviética y, en algún caso, se ha colocado en la misma frontera de Rusia, con el consiguiente mosqueo de esta última. Por su parte, Rusia ha intervenido en algunas de las antiguas repúblicas de la URSS para mantener su estatus de potencia predominante en su espacio geoestratégico y defender sus intereses. Aquí cada cual ha jugado sus cartas como ha querido y se ha pasado por el arco del triunfo acuerdos, principios y los derechos de los demás.

Hasta ahora la partida ha ido desarrollándose dentro de unos parámetros “asumibles”, aunque haciendo las trampas que les venían en gana, o mirando para otro lado, según les tocara. Unas veces las hacían gordas, como el caso de Chechenia, y otras más tolerables, como el caso de Georgia o de la entrada en la OTAN de las Repúblicas Bálticas. Pero ese sucio equilibrio lo ha roto Putin de manera sorpresiva. Me equivoqué al suponer que, para parar los pies a la expansión de la OTAN, además de ocupar Crimea, solo iba a dar un aviso con la ocupación temporal de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, de la región ucraniana de Donbas. Estas repúblicas, de mayoría ruso-parlante y con cierta afinidad con Rusia, no han logrado nunca el reconocimiento de un estatus especial dentro de Ucrania y, con el apoyo de Rusia, llevaban viviendo, desde hace más de siete años, una situación de violencia rayana con un estado de guerra. Incluso llegue a contemplar la posibilidad de que ocupara una franja de terreno que uniera Donbas con Crimea. 

Rusia estaba arguyendo, como justificación de una posible intervención, que en la región de Donbas el gobierno ucraniano estaba sometiendo a la población de las repúblicas secesionistas a un genocidio. Una invasión en esos territorios, aunque mucho menos cruenta de lo que está resultando la que se está llevando a cabo, no hubiera sido justificable, ni por las mentirosas acusaciones al gobierno ucraniano, ni por la evidente trasgresión del Derecho Internacional al atentar contra la soberanía de otro Estado. En todo caso hay otros métodos para denunciar las supuestas malas prácticas de gobierno ucraniano y para intentar acabar con ellas. Pero, en fin, teniendo en cuenta ese juego de trampas y tolerancia limitada, podría haberse considerado “asumible” una intervención rusa limitada en esos territorios. Al fin y al cabo, por muy remota que fuera la posibilidad de que la OTAN contemplara la entrada de Ucrania en la organización, era comprensible cierto nivel de enfado y nerviosismo por parte de Rusia. Por ello se hubiera podido asumir como una manera de decir hasta aquí hemos llegado.

                                             Ataques rusos a las 1:19 PM · Feb 24, 2022

Pero no, Putin se ha pasado unos cuantos pueblos. Tantos que ya está en Kiev y muchas otras importantes ciudades, Odesa, Mariupol, Jarkov, etc. El ejército ruso ha entrado por el Norte, el Este y el Sur, como elefante en cacharrería, exhibiendo una superioridad militar aplastante, reduciendo a cenizas centros de mando, defensas antiaéreas, bases aéreas, centros de comunicaciones y todo lo que se iba encontrando en el camino. Ha invadido toda Ucrania, a la vez que trataba de justificarse lanzando mentiras tan burdas como que su presidente, ¡un judío!, es un nazi. El mismo Putin ha dicho que “han llegado para desnazificar y democratizar Ucrania”, lo ha dicho nada menos que él, el “adalid” de la democracia y la libertad. Pero ahí están los rusos, asombrando a la inoperante UE y a la reglamentista OTAN. Les podrán duras sanciones económicas, nada más, porque no pueden hacer nada más. Putin lo tenía bien calculado, sabía con quien se la iba a jugar y que, además, tiene el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, por eso se lanzó. Ya veremos el daño que le producen a Rusia las sanciones, teniendo en cuenta que Putin ya se ha asegurado el apoyo de Xi Jinping, su interesado aliado circunstancial. Lo peor será, como siempre, para el pueblo ruso.

¿Qué le espera a Ucrania? Pues a riesgo de volver a equivocarme me temo que, tras la desaparición al más puro estilo KGB de su presidente y acompañantes, con o sin proceso “democrático” debidamente orientado, tomará el poder un gobierno afín a Rusia, más concretamente a Putin, para poco a poco ir recomponiendo aquello que llamábamos Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, aunque ahora de socialistas y menos de soviéticas, tengan lo que yo de cura. Que Dios y los ucranianos nos perdonen.

Oyarzun, 27 de febrero 2022

LUIS BAILE ROY

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Luis Baile Roy

2 comentarios en “ME EQUIVOQUÉ”

  1. Sun Tzu, que escribió El arte de la guerra. En él dice ‘si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no deberías temer el resultado de mil batallas. Si te conoces a ti mismo pero no a tu enemigo, por cada batalla que ganes sufrirás una derrota’. Y él sigue diciendo ‘si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás todas las batallas’.
    Aplicable a Putin y la UE(OTAN)

  2. Quizás te equivocaste, como la mayoría, pero hay que tener en cuenta que, cuando se trata de "adivinar" los pensamientos de un sicopata que gobierna un sistema autocrático, es muy dificil acertar.

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