30 de septiembre de 2025 03:44

Blog sobre demografía y política

 «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los  remedios equivocados.»  Groucho Marx

BATET. LA BURLA A LA JUSTICIA

Una descripción de las sospechosas actuaciones de la presidenta del Congreso en lo relativo al caso "mediador".

¿Qué encontrarás en este artículo?

UNA OBSTRUCCIÓN MUY DISCRETA

Desde que saltó a la palestra política el llamado “caso mediador”, algunos medios de información han estado intentando averiguar detalles de las actividades que se llevaban entre manos el diputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo y Antonio Navarro Tacoronte, el conocido como mediador. He dicho algunos medios de información porque otros, los que obedecen a las consignas del ministro de la presidencia, lo han mencionado casi anecdóticamente para después derivarlo intencionadamente al caso “cuarteles”, porque es más progre intentar ensuciar el buen nombre de la Guardia Civil.

Sobre este último no voy a tratar en esta ocasión por dos razones. La primera porque la Guardia Civil sabe muy bien, no como otros, cómo reunir pruebas, acorralar y llevar ante la justicia a los miembros de esta que sacan los pies del tiesto. La segunda, y mucho más importante, porque la presunta obstrucción a la justicia que se ha producido en la sede de la soberanía nacional evidencia la desfachatez con la que se conducen algunos miembros del poder legislativo y en concreto la presidente del Congreso de los Diputados, la señora Meritxell Batet.

El 14 de febrero Juan Bernardo Fuentes abandonó su despacho de diputado, después de haber renunciado a su acta por recomendación de su partido, cosa que ocurrió tras saberse que estaba investigado, pero cuando habían pasado varios años desde que el apodado «Berni» iniciara sus irregulares actividades en el Congreso. Salió de su refugio, en el que estaba al amparo de la inmunidad parlamentaria, llevándose “algunas pertenencias”, sus teléfonos móviles y la tableta asignada por el Congreso. Nadie controló lo que pudiera haber manipulado en el ordenador de sobremesa, nadie le retiró su móvil y tableta.

Una semana después fue detenido en Fuerteventura, cuando se procedió al registro de su domicilio y entonces le confiscaron dos teléfonos en los que seguramente aparecerán estampitas de la Virgen de la Peña, por supuesto.

LLAMADA DE ATENCIÓN DEL GEUPO DE ESTADOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (GRECO) DEL CONSEJO DE EUROPA

El GRECO recomendó en 2013 la elaboración para las Cortes Generales de un Código de Conductaaccesible al público y que incluyera orientaciones para la prevención de los conflictos de intereses; sobre regalos y otros beneficios; sobre actividades accesorias e intereses financieros, y sobre requisitos necesarios para su publicidad”. El grupo reconocía que las Cortes españolas contaban con normas que regulaban en ”cierta manera” la conducta de los parlamentarios españoles, pero remarcaba que dichas normas estaban dispersas en distintos textos legales.

Por ello, con la celeridad que les caracteriza a nuestros políticos cuando la cuestión no es de su agrado, es decir 7 años después, en 2020, ambas cámaras acordaron un Código de Conducta que, a mi entender, concentraba preceptos ya regulados, aunque frecuentemente vulnerados. En el preámbulo del citado código se hacía referencia al Reglamento del Congreso en sus artículos 15 a 19, el Reglamento del Senado en los artículos 20 a 26, y a las disposiciones del Congreso y Senado dictadas para cumplimiento de la Ley de Transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno.

Se trataba de dejar negro sobre blanco algunas cuestiones que a sus señorías parecían no haber quedado claras, sobre todo respecto a la atención debida por interés general por encima del particular y a la búsqueda del beneficio económico mediante sus posibles influencias. Vamos, ellos mismos se estaban dando cuenta de que no iban por el buen camino y se dieron nuevas normas para seguir como estaban. ¡De traca!  

PUNTOS CLAVE DEL CÓDIGO DE CONDUCTA DE LAS CORTES PARA EL CASO

En el artículo 1.1 del Código de Conducta de las Cortes Generales, aprobado el 1 de octubre de 2020, por acuerdo de ambas cámaras, se detalla su objeto:

El presente Código tiene por objeto desarrollar y complementar las obligaciones de los parlamentarios contenidas en la Constitución, en los Reglamentos de las Cámaras y en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, para mantener y reforzar la confianza ciudadana en las Cortes Generales mediante la exigencia de una conducta que responda a altos estándares de integridad y transparencia

Me gustaría llamar la atención sobre el empleo del concepto “estándares” de integridad y transparencia para mantener y reforzar la confianza ciudadana. Quizás hubiera sido más acertado emplear el superlativo “absoluto” en lugar de la palabra estándar, que está asociada a una cierta relatividad, aunque el estándar sea alto. No obstante, aunque tibia, no era mala la intención. El problema es que de buenas intenciones está lleno el mundo, luego hay que ponerlas en práctica.

En el artículo 2 el mencionado código señala los principios generales de conducta:

1. principios generales de conducta: integridad, transparencia, diligencia, honradez, responsabilidad y respeto, tanto a los demás miembros de las Cámaras como a la ciudadanía en general.

2. Los miembros de las Cortes Generales ejercerán sus derechos y cumplirán los deberes inherentes a su cargo atendiendo exclusivamente a la consecución del interés general y se abstendrán de buscar u obtener beneficio económico alguno, directo o indirecto, ni recompensa de ningún tipo por ello.”

En el artículo 5.1, sobre regalos y obsequios, se indica:

Los miembros de las Cortes Generales se abstendrán de aceptar, en beneficio propio o de su entorno familiar, obsequios o regalos de valor, favores, servicios, invitaciones o viajes que les sean ofrecidos por razón de su cargo o que puedan ser razonablemente percibidos como un intento de influir en su conducta como parlamentarios”.

Finalmente, en el artículo 6.2 se determina que:

Asimismo, los miembros de las Cámaras deberán hacer pública su agenda institucional en el correspondiente Portal de Transparencia, incluyendo en todo caso las reuniones mantenidas con los representantes de cualquier entidad que tenga la condición de grupo de interés. A estos efectos, y en tanto no se produzca la reforma de los Reglamentos para regular el Registro y la actividad de los grupos de interés en las Cámaras, tendrán la consideración de grupo de interés, lobby o lobista, aquellas personas físicas o jurídicas o entidades sin personalidad jurídica que se comuniquen de forma directa o indirecta con titulares de cargos públicos o electos o personal a su cargo en favor de intereses privados, públicos, particulares o colectivos, intentando modificar o influir sobre cuestiones relacionadas con la elaboración o la modificación de iniciativas legislativas”.

LA REALIDAD HACE DEL CÓDIGO PAPEL MOJADO

A pesar de todo, las buenas intenciones que pudieran tener los redactores de este código, muy falto de concreción, no sirven de nada si la autoridad que debe exigir su cumplimiento mira para otro lado, o los que habiendo observado conductas contrarias al mismo prefieren callar por falsa y errónea lealtad a un partido.

Por eso, el exdiputado Fuentes Curbelo ha estado unos cuantos años en el Congreso perfeccionando impunemente las corruptelas, que posiblemente inició en su cargo de Director General de Ganadería de Canarias. Prácticas que debían suponer suculentos bocados porque cuando, de rebote, fue a ocupar un escaño en la Carrera de San Jerónimo dejó a su sobrino Taishet Fuentes en ese cargo y lo pudo conservar hasta al 22 de junio de 2022, cuando el presidente de la Comunidad Autónoma perdió su confianza en él, más de dos años después, que ya es tardar.

Por lo que se ve, el PSOE colocó en el Congreso a una buena pieza. Puede que ese partido no tenga mucho donde elegir, como algunos otros. Parece ser un problema general de esta maldita partitocracia. Pero debería ser más cuidadoso, porque se le está notando mucho que, cuando tocan poder, se les excita la pituitaria al olor de la pasta, sea al dente o recocida.

SOSPECHO PROCEDER DE LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA BAJA

Obviando el problema de la deficiente selección del personal componente de las listas electorales de los partidos políticos en general y que en este caso afecta al PSOE, me centraré en un error aún más peligroso, el cometido por la señora Batet y su cohorte. Bueno, error, descuido, irresponsabilidad, o ¿quizás prevaricación? La justicia lo determinará, si es que le dejan aclarar los hechos que se han producido en el Congreso de los diputados en relación con la investigación a la que está sometido el ex diputado Juan Bernardo Fuentes.

El hecho es que la presidente del Congreso no autorizó el registro del despacho de Juan Bernardo Fuentes Curbelo hasta el 6 de marzo, providencia que se llevó a cabo el 10 de marzo, casi un mes después de que el diputado investigado abandonara su despacho (14 de febrero). Durante casi un mes hubo posibilidad de hacer desaparecer pruebas del despacho del apodado Tito Berni referentes a la trama de corrupción investigada quedando estas, por lo tanto, fuera del alcance de los investigadores.

Los reparos de la presidenta del Congreso, de la fiscalía y de la Secretaría General del Congreso que defendían a capa y espada la inviolabilidad de esa cámara, impidieron la rápida actuación de los investigadore del caso “mediador”, a pesar de que el investigado ya no era diputado.

No obstante, al final se optó por dar una salida más o menos honrosa a la situación, aunque oportunamente tardía. Se pensó que la presidencia del Congreso podría autorizar el acceso policial mediante la participación de la Comisaría de Policía Nacional del Congreso de los Diputados para la entrega e intervención de los terminales informáticos o aparatos de almacenamiento de datos e información, documentos o cualesquiera otros efectos que pertenezcan al investigado. Pero seguramente el registro cayó en vacío después de casi un mes.

Otro hecho es que, a pesar de conocer que el diputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo estaba en situación de investigado, la presidenta de la cámara le consintió adquirir el teléfono móvil y la tableta puestos a su disposición por el Congreso y llevárselos. Circunstancia que, sin lugar a duda, entorpeció la investigación. La juez instructora del caso se debió quedar atónita, al enterarse de ese más que sospechoso proceder cuando requirió al Congreso todos los medios electrónicos asignados por la cámara al exdiputado investigado. El caso es que hasta su detención el exdiputado dispuso de una semana para borrar pruebas en esos dispositivos electrónicos.

Por no ahondar más en la serie de despropósitos cometidos por la señora Batet, para evitar que se hiciera la luz sobre un serio caso de corrupción que afectaba a su partido, solo añadiré otro hecho más, pero muy relevante. Se trata de la eliminación de la información sobre los encuentros del exdiputado investigado y del listado de las visitas que tuvo en el Congreso mientras era diputado.

La información de las visitas que recibe cada diputado se reúne cada semana en los Servicios de Seguridad del Congreso, donde se custodia hasta su destrucción en los plazos establecidos en la normativa. Esa fue lacónica respuesta de la Secretaría General al requerimiento de la juez instructora del caso.

No sé exactamente que plazos marca “la normativa” para la destrucción de del listado de visitas que ha podido recibir cada diputado pero, para cumplir con los propósitos de transparencia, honradez, responsabilidad y respeto fijados en el artículo 2.1 del Código de Conducta de las Cortes Generales, sería más adecuado mantener esos listados a disposición de los ciudadanos y de la justicia, al menos, durante toda la legislatura. No sería en absoluto un problema con los medios técnicos actuales. Desde luego el Código de Conducta de las Cortes Generales no obliga a la eliminación de ese tipo de información.

La eliminación de ese registro supone la imposibilidad de conocer las fechas y las personas que fueron al Congreso a entrevistarse con Tito Berni, datos fundamentales para la investigación del caso “mediador” y para que los ciudadanos conozcamos cómo se está utilizando realmente al Congreso por parte de grupos de interés, lobbies o personas físicas, que actúen por cuenta propia y para su exclusivo interés.

Tampoco se controló si Fuentes Curbelo cumplía con la obligación, impuesta en el artículo 6.2 del Código de Conducta de las Cortes Generales, de informar de sus reuniones, haciendo pública su agenda institucional en el Portal de Transparencia del Congreso. Aunque en el citado artículo 6 código se indique por un lado que han de declararse las reuniones mantenidas con los representantes de cualquier entidad que tenga la condición de grupo de interés, por otro se aclara detalladamente que debe entenderse por “grupo de interés”. Por lo que evidentemente el exdiputado Fuentes Curbelo debió hacer públicas todas esas reuniones en el Portal de Transparencia y la presidencia de la cámara debió vigilar el cumplimiento de esa norma.

CONCLUYENDO

En definitiva, concluyo que la presidente del Congreso de los Diputados y su Secretaría General han actuado al menos dejadez, si no con el ánimo de entorpecer la acción de la justicia y de tapar los presuntos delitos cometidos por un exdiputado investigado, perteneciente al Grupo Parlamentario del PSOE que, no por casualidad, es su partido. Todo ello además de ejercer la presidencia sin la debida vigilancia de las actividades de los diputados en el interior del Congreso y de conducirse frecuentemente de manera despótica en el trato a los adversarios de su partido político. Está claro que Sánchez apostó por ella para el cargo porque conocía de sus cualidades sectarias.

Todo esto es un síntoma más de la degradación de nuestro sistema de gobierno representativo. Un sistema en el que se pone por encima de la justicia la injustificable inmunidad de un delincuente, por el hecho de ser representante del pueblo al que le ha perdido el respeto. Un sistema en el es posible sortear o entorpecer la acción de la justicia por el mero hecho de pertenecer a una élite, en el peor sentido de esa palabra.

El resto de los presuntos delincuentes de la trama y los delitos que hayan podido cometer son casi lo de menos.  El verdadero problema es que se pueda sospechar que nuestros supuestos representantes nos hayan perdido el respeto.

Imagen de Luis Baile Roy
Luis Baile Roy

1 comentario en “BATET. LA BURLA A LA JUSTICIA”

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