EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO SE APUNTA AL FORO DE DAVOS
Hace poco el presidente del gobierno español estuvo en el llamado Foro de Davos, es decir en el Foro Económico Mundial (FEM). El director de este foro es Klaus Schwab, un rico industrial alemán y profesor de economía en Suiza, del que ya trataremos en otras ocasiones. Schwab que fundó el FEM en 1971 como una ONG que ha sido conocida, sobre todo, por organizar anualmente en el pintoresco pueblo suizo de Davos una asamblea en la que se dan cita las élites políticas, económicas y culturales. Este foro está íntimamente ligado a la famosa Agenda 2030, cuyo origen se encuentra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que, a su vez, son la continuación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) aprobados por la Asamblea General de la ONU en el año 2000.
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO
Los ODM[1] perseguían cumplir para el año 2015 ocho objetivos que debían solucionar los problemas sociales graves, con la finalidad de equiparar la situación de los países del Tercer Mundo a la de los países desarrollados. Se puso la atención, sobre todo, en alcanzar esos ocho objetivos en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. La cruda realidad fue que, según la ONU, esos objetivos solo fueron “teóricamente” alcanzados por la UE además de otros 13 países de los diferentes continentes, excepto el de África donde ninguna nación los alcanzó.
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE
Los ODS 2015-2030[1] añadían a los ODM nuevos retos referidos al cambio climático, la desigualdad global, la innovación en ciencia y tecnología, el consumo sustentable, la justicia social y la paz. Estos 17 objetivos, con sus 169 metas, son los mandamientos de la llamada ideología globalista, todos ellos supuestamente medibles mediante 230 indicadores, que para el caso español están disponibles en la web del Instituto Nacional de Estadística (INE)[2]. Los ODS fueron promulgados por la ONU en una asamblea del año 2015 en la que los firmaron los representantes de los 193 países miembros. Pretenden alcanzar un modelo sostenible de desarrollo que haga compatible la lucha contra el calentamiento global con los Derechos Humanos y hacerlo para todos los países miembros de la ONU, no solo para los subdesarrollados o en vías de desarrollo.
[1] Objetivos y metas de desarrollo sostenible – Desarrollo Sostenible (un.org)
[2] Indicadores de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ine.es)
LA AGENDA 2030 PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
A principios del año 2016 se estableció en la ONU un plan para alcanzar los ODS en 15 años, constituyendo la denominada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Sus principios fundamentales son: Universalidad y permanencia, No dejar a nadie atrás, Interconexión e indivisibilidad, Inclusión y Cooperación entre múltiples partes interesadas. Se podría decir que la Agenda 2030 añade un significado más profundo al concepto de desarrollo sostenible, uniendo a elementos básicos de los ODS, como la inclusión social, el crecimiento económico y la protección medioambiental, dos componentes esenciales: la participación y la paz. Quedando así definidas las cinco dimensiones de la agenda: Personas, Prosperidad, Planeta, Participación colectiva y Paz (las 5 p).
Para comprender la relación existente entre los ODS y la Agenda 2030, lo primero a tener en cuenta es que aquellos no son un simple resumen de ésta, por el contrario son los aspectos en los que se considera necesario intervenir para llegar a un desarrollo sostenible. Los ODS son las piezas indispensables de un complejo rompecabezas al que hay que ver como un todo: el planeta y sus habitantes. Los ODS representan algunas de las necesidades más apremiantes y universales del mundo actual y ayudan a traducir los principios fundamentales de la Agenda 2030 en resultados medibles. Mientras que la agenda facilita el pensamiento creativo, los enfoques innovadores y la redefinición de las maneras de abordar los retos del desarrollo sostenible, que actividades acometer y sobre qué objetivos viables y alcanzables actuar en cada momento.
ALGUNAS CONSIDERACIONES HECHAS DE BUENA FE
Observando los ODS, en principio, difícilmente se puede estar en contra de ellos, incluso si en la web: Objetivos y metas de desarrollo sostenible – Desarrollo Sostenible (un.org), vamos haciendo girar cada uno de los cuadros que los representa y nos dejamos llevar por la invitación a leer y profundizar más sobre cada uno de los 17 objetivos. Independientemente de que algunos nos pudieran parecer contradictorios con otros o echemos en falta algún tipo de priorización entre ellos.
Los problemas empiezan cuando el gobierno de turno, en el país que sea, toma medidas frecuentemente injustificadas, a menudo lucrativas para ciertos lobbies, lesivas para las clases medias y bajas o que incluso supongan caer en la corrupción. Los problemas continúan cuando las medidas que “supuestamente” se adoptan de conformidad con la Agenda 2030, son impuestas de manera unilateral, sin haber sido consensuadas, ni propuestas a la consideración de la ciudadanía. En adición a ello, se agrava la situación y se produce la lógica reacción cuando las medidas que se adoptan son consecuencia de decisiones adoptadas lejos de nuestro país, en organizaciones que, sin ser en absoluto democráticamente representativas, ostentan el verdadero poder, un dominio ajeno a cualquiera de las organizaciones nacionales o supranacionales que, sin embargo, parecen estar subordinadas a las decisiones de aquel.
¿Quién o quiénes detentan ese poder en la sombra? Ya lo veremos más adelante. Lo cierto es que se ha extendido en nuestra sociedad una falta absoluta de espíritu crítico, de ausencia de análisis y contraste del aluvión de información al que nos someten. Exceso de información, a menudo interesada y manipulada, que nos lleva a la saturación y que nos ha conducido a una situación en la que la generación de conocimiento es mínima y, en consecuencia, la posibilidad de convertirnos en personas manejables es máxima. Una situación extraordinariamente ventajosa para esos poderes que actúan por encima de los gobiernos de los Estados Nación e, incluso de algunas organizaciones supranacionales.
Unido al problema de la falta de espíritu crítico y al exceso de información, frecuentemente tergiversada, un gran segmento de la población, sobre todo la juventud, está sometida a una inestabilidad laboral y una precariedad económica que les impide el acceso a una vivienda digna, y a disponer del tiempo y los recursos necesarios para iniciar su proyecto de vida. Como resultado, la situación les conduce a un estado de desencanto, de desubicación y de búsqueda de motivaciones, de causas que defender que den un sentido a su vida, desde el veganismo hasta la ayuda a los inmigrantes, pasando por el animalismo. Se convierten entonces en fácil presa de esos múltiples “ismos”, casi todos ellos relacionados con la ideología globalista, que se pretende imponer desde las élites reunidas en esos centros de poder nada democráticos. Ese selecto grupo de oligarcas que pretende añadir a sus suculentos negocios otros relacionados con la sostenibilidad, el ecologismo, la diversidad, el medioambiente, etc., etc. Porque, a través de la manipulación de gente bien intencionada, y una vez lograda su rendición incondicional, buscan “El Reinicio” y el establecimiento de un “Nuevo Orden Mundial”, que quizás esté relacionado con aquello de la “Nueva Normalidad” de la que hablaba Pedro Sánchez y algunos políticos más, todos con su insignia de la Agenda 2030 en la solapa, cuando estábamos en plena pandemia de la COVID 19.
Lo curioso de todo esto es que, el exceso de información, ofrecida a gran velocidad y con muy poco rigor y profundidad, unido a la general falta de pensamiento crítico y de análisis sosegado de la información, nos impide obtener el conocimiento que nos pudiera hacer individuos independientes. Nos situamos entonces en manos de esa élite que, casi sin resistencia, además de haber logrado acumular gran parte de la riqueza mundial y de haber alcanzado una gran cuota de poder a nivel global, ahora quieren imponer las costumbres que ellos consideran correctas, implantando las tendencias de consumo que a ellos les conviene.
En el siguiente artículo haré un pequeño recorrido por la Agenda 2030, sus más y sus menos, y trataré de exponer a quién favorece y a quién perjudica la ideología globalista y todos esos “ismos” que la rodean. Trataré de descubrir qué pinta el presidente Sánchez en el Foro de Davos, intentaré aclarar si fue a dar cuenta de sus resultados o a recibir instrucciones de cómo manejar la situación en su corralito.
2 comentarios en “EL GRAN REINICIO (I)”
Riguroso y preciso análisis de la política que se está imponiendo sin que nos demos cuenta
Clarito, clarito. Gracias.