7 de julio de 2025 16:34

Blog sobre demografía y política

 «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los  remedios equivocados.»  Groucho Marx

MÁS TRASHUMANCIA Y MENOS CARNE SINTÉTICA

¿Qué encontrarás en este artículo?

    El aspirante a “cesar mundial», Bill Gates, se ha dedicado a difundir una serie de ideas peregrinas sobre el exceso de población mundial, la influencia negativa de la ganadería en la contaminación de la atmósfera y, de paso, ha aprovechado para dar un impulso a la comercialización de su gran invento: “la carne sintética”.

 Sobre el exceso de población solo se me ocurre invitarle a dar una vuelta por la provincia de Teruel, por ejemplo, por no sugerirle un paseo por cualquiera de los pueblos del Atlas marroquí o de la Pampa argentina,. Puede ser que su vista solo se haya centrado en las superpobladas e inhumanas macro urbes pero, si ese es el caso, no debería trasladarnos a los demás su problema de apreciación. En cuanto a la supuesta contaminación por efecto de la ganadería, ya expresé mi opinión en algún artículo anterior y no quiero resultar reiterativo, simplemente he de volver a manifestar mi desacuerdo con ese planteamiento. Sobre su “maravillosa” carne sintética solo se me ocurre desearle buen provecho, yo no pienso consumirla.

 El problema de todo esto es que hay una caterva de mentes confundidas o, quizás interesadas, algunas de las cuales están en gobiernos (incluido el nuestro) o instituciones con gran capacidad de influencia, que siguen sus predicados al pie de la letra y pretender hacernos comulgar con ruedas de molino.

 No pretendo desmontar el “chiringuito” de tan ilustre personaje y de sus fieles e interesados seguidores, solo voy a aportar algunas ideas, contrarias por supuesto, sobre todo centrándome en el aspecto de la importancia que posee la ganadería y, en concreto, en los beneficios que supone la ganadería extensiva para el medio ambiente y la economía sostenible de gran parte de nuestra tierra y del planeta entero. Más concretamente, voy a dar algunas pinceladas de lo que es la TRASHUMACIA.

 

Naciones Unidas ha reconoció la trashumancia como Patrimonio Cultural Inmaterial de España por el Convenio sobre Diversidad Biológica, del 5 de junio de 1992[1]. Éste esun tratado internacional jurídicamente vinculante con tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible”.

   En España la red de vías pecuarias existentes es un patrimonio único en el mundo y protegido por la Ley 3/1995 [2] que las considerainembargables, imprescriptibles e inalienablesy entre otras cosas dice:la red de vías pecuarias sigue prestando un servicio a la cabaña ganadera nacional que se explota en régimen extensivo, con favorables repercusiones para el aprovechamiento de recursos pastables infrautilizados; para la preservaci6n de razas autóctonas; también han de ser consideradas las vías pecuarias como auténticos «corredores ecológicos», esenciales para la migración, la distribución geográfica y el intercambio genético de las especies silvestres ….”.

El Real Decreto 385/2017 [3] declaró la Trashumancia como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial y, entre otros detalles, destaca que:La actividad ganadera trashumante ha aunado históricamente el aprovechamiento de los recursos naturales y el ganado mediante la denominada «cultura pastoril trashumante», produciendo interrelaciones familiares, sociales, económicas, patrimoniales y biológicas y modelando y contribuyendo a la cohesión y vertebración del paisaje peninsular”.

 Vale la pena, ahora, aunque sea de una manera muy resumida, recordar la historia y los beneficios ecológicos, sociales, económicos e incluso personales de la trashumancia, para mostrar sus arraigados valores y comprender su importancia.

La trashumancia podríamos definirla como el traslado alternativo y periódico de ganado entre dos territorios de climatología diferente, en búsqueda de pastos y agua. Los pueblos celtas de pastores de los montes leoneses y castellanos se trasladaban durante muchas jornadas, haciendo un largo recorrido, a tierras de la actual Extremadura, buscando los pastos que las nieves les negaban en invierno. Otros hacían recorridos más cortos, desde la serranía de Soria, aguas abajo del Duero. En la época de la romanización de la península, una calzada romana por el oeste peninsular marcaba la ruta de la trashumancia de largo recorrido, que se convertiría luego en la “Ruta de la Plata” desde Astorga hasta Mérida, pasando por Salamanca y Cáceres. En la Edad Media la trashumancia fue una actividad económica muy importante que se consolidó con la creación por Alfonso X del Concejo de la Mesta en 1273, para proteger los intereses de los ganaderos que movían al menos tres millones de cabezas de ganado (algunos estudios las cifran en cinco millones) y que formaban un fuerte lobby económico en aquella época. En particular la trashumancia de ovejas en búsqueda de pastos era esencial, dada la cantidad de ese tipo de ganado que había que mantener para la obtención de la lana suficiente, para el gran negocio de la exportación de lana a toda Europa. También en Aragón se crearon organizaciones similares a La Mesta castellana, como fueron “La casa de Ganaderos de Zaragoza”, “ La Mesta de Albarracín” o el “Ligajo de Calatayud”.

Posteriormente, hasta pasada la Reconquista, los movimientos de ganado eran cortos pues solo alcanzaban tierras fronterizas (extremos), que eran zonas yermas y pastizales utilizados por las ganaderías de los nobles o de señores eclesiásticos y desde las que el ganado se podía recoger fácilmente en caso de enfrentamientos. Poco a poco se pudo volver a alargar los movimientos a medida que la Reconquista avanzaba, pasando las cuencas del Tajo, del Guadiana y del Guadalquivir, y finalmente los pastores pudieron volver hasta tierras de Extremadura, que debe su nombre a aquellos “extremos” o tierras fronterizas, y aún más al sur.

Después de la Reconquista, la trashumancia fue perdiendo, poco a poco, la importancia que tenía debido a que la sociedad se hizo más sedentaria, los intereses económicos cambiaron y las exportaciones de lana dejaron de ser prioridad. El Concejo de la Mesta fue perdiendo influencia y terminó por ser abolido en 1836. En ese siglo se empieza a utilizar el ferrocarril para trasladar ganado y después, ya en el siglo XX, comienzan los traslados por carretera, pero aún se conservaba la trashumancia a pie o a caballo.

En la actualidad, gracias a la Ley 3/1995, España conserva, aunque con ciertas deficiencias, gran parte de la antigua red pecuaria, contando con unos 125.000 km. de cañadas, cordeles y veredas y 400.000 Ha. de superficie a lo largo de todos esos kilómetros. Las Cañadas Reales protegidas por la Ley son:

  Cañada Real de la Plata o Vizana (500 kilómetros).

–            Cañada Real Leonesa Occidental (700 kilómetros).

–            Cañada Real Leonesa Oriental (700 kilómetros).

–            Cañada Real Segoviana (500 kilómetros).

–            Cañada Real Conquense (350 kilómetros).

–            Cañada Real del Reino de Valencia (250 kilómetros).

–            Cañada Real Galiana (400 kilómetros).

–            Cañada Real Soriana Oriental (800 kilómetros).

–            Cañada Real Soriana Occidental (700 kilómetros).

   Las cañadas tienen un ancho de 75 m. (89,7225 varas), los cordeles de 37,5 (44,86125 varas y las veredas de 20,9 (25 varas). Además de los 4900 Km. de Cañadas Reales, existe una vasta red de cordeles y veredas hasta totalizar la cifra anteriormente dada. Pero lo cierto es que la red pecuaria sufre un deterioro importante porque no es, ni ha sido objeto de atención por parte de las Comunidades Autónomas competentes en esa materia. El espíritu de la Ley 3/1995 no ha inspirado a los gobiernos autonómicos involucrados, ni al central en sus obligaciones subsidiarias, seguramente porque los réditos electorales los encontraban en otra parte, sin considerar las ventajas que tiene la actividad de la trashumancia para el territorio, la población y el ganado.

En España trashuman casi 800.000 cabezas de ganado, eso da una idea de la importancia del fenómeno. La trashumancia española es un ejemplo de aprovechamiento sostenible de grandes extensiones del territorio, pero no está suficientemente valorada. 

He hecho mención de las ventajas de esta actividad sin detallarlas y para hacerlo utilizaré el informe de La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos sobre la Trashumancia en España (abril-marzo de 2009)[4], que describía con conocimiento de causa los beneficios que aportaba la trashumancia y los problemas que se detectaban en su práctica:

 “Beneficios medioambientales, socioculturales y territoriales:

– Mantenimiento de los pueblos. La trashumancia fija la población al medio rural, ya que se trata de una actividad que se extiende a zonas desfavorecidas y de montaña básicamente.

   – Mantenimiento de la biodiversidad. El pastoreo extensivo y estacional en que se basa la trashumancia contribuye a la diversificación y conservación de hábitats de muy alto valor ambiental. Ha generado ecosistemas de dehesa y con una gran biodiversidad de la dehesa pastoreada. La diversidad de plantas en estos pastos naturales es de las más altas que se conocen, con más de 40 plantas por metro cuadrado. Además, permite establecer y mantener a nivel nacional una red de corredores naturales que enlazan los principales ecosistemas de la península Ibérica, evitando el aislamiento de los espacios protegidos, favoreciendo la supervivencia y el intercambio genético entre poblaciones de especies amenazadas y manteniendo abiertas numerosas áreas de paso e invernada para las aves migratorias.

 – Prevención de incendios forestales. Los beneficios medioambientales de esta actividad repercuten principalmente en la prevención de incendios forestales, puesto que el ganado consume materia seca que es un gran combustible forestal.

– Movilidad del ganado entre diferentes fincas, lo que permite la rentabilidad y el aprovechamiento de subproductos agrarios cuya eliminación por otros métodos, tales como herbicidas o quemas de rastrojos, provoca graves daños medioambientales.

– Abono natural. Las deyecciones de los animales constituyen una fuente de abono natural de gran interés, dado que se trata de una ganadería itinerante que por ello no deteriora el medio ambiente.

– Producción de calidad y sanidad. En condiciones normales, a través de este sistema de aprovechamiento ganadero el animal puede estar alimentado durante todo el año con pasto natural, lo que proporciona una carne de enorme calidad y sanidad.

– Conservación de ecosistemas valiosos como los pastos de montaña, los cultivos cerealistas extensivos y las dehesas de encina, evitando incendios forestales, erosión del suelo y los daños que el ganado estante produce al terreno, a las aguas y al arbolado.

– Traslado en gran parte de los animales por su propio pie, lo que favorece un manejo de los mismos respetuoso con las máximas exigencias relativas a bienestar de los animales.

– Desarrollo rural. Permite usos alternativos del territorio de gran interés, como el senderismo o las rutas a caballo, que contribuyen a mantener los derechos de paso y favorecen el desarrollo social y económico de las zonas rurales.

– Integración entre la sociedad urbana y la sociedad rural de las diferentes comarcas y regiones, con el fin de colaborar solidariamente en la defensa y conservación de un patrimonio común de máximo interés ambiental y cultural.

Beneficios económicos:

Permite un gran aprovechamiento de recursos de alta calidad.

-La trashumancia ha colaborado al sostenimiento económico de numerosas provincias.

– Para los animales tiene muchas ventajas porque evita que sufran los efectos de climas extremos: ni el calor del verano ni el frío del invierno, de manera que prácticamente viven “dos primaveras y dos otoños”. Todo ello permite a los animales desarrollarse mejor, ser más fecundos y prolíficos, lo que supone mayor producción, más sanidad de los animales (tienen pasto fresco durante todo el año), traducido todo ello en una producción de mayor calidad.

– Contribuye a la producción de quesos de alta calidad”, a lo que se puede añadir la producción de la mejor lana y cueros de alta calidad, además de la ya mencionada calidad de la carne.

El mismo informe daba cuenta de los “problemas de la actividad trashumante en España:

En cuanto a recursos humanos, los ganaderos se encuentran con grades dificultades para el relevo generacional.

– Los elevados costes que conllevan los desplazamientos, el arriendo de las fincas, etc., condicionan la viabilidad de las explotaciones.

– Baja productividad con relación a la ganadería industrial debido, en parte, a los medios de producción poco intensivos, que redundan en beneficio de la calidad.

– Los precios percibidos por los ganaderos se han mantenido constantes en los últimos años, no siendo así el coste de los medios de producción.

– Las vías pecuarias españolas también se ven amenazadas por diversos aspectos urbanísticos de todo tipo. En ocasiones han sido invadidas por urbanizaciones en los tramos de cañadas más próximos a los núcleos urbanos.

– La implantación de infraestructuras viarias (circunvalaciones, variantes, etc.) sobre tramos enteros de cañadas, sin caminos alternativos, ha generado barreras infranqueables para los rebaños.

– Problemas relacionados con las distintas exigencias administrativas relativas a la actividad trashumante en las diferentes comunidades autónomas.

La trashumancia ha vivido y vive un declive por los problemas antes mencionados. Pero siendo tantos los beneficios que aporta a las regiones por donde pasa, a su paisaje y biodiversidad y al desarrollo económico, turístico y social en el medio rural, las administraciones de autonómicas y central deberían dedicar los esfuerzos necesarios para que, cada una dentro de sus competencias, facilitaran el mantenimiento y el incremento de la cabaña trashumante.

   Después de esta exposición, tengo que abrir mi corazón e intentar trasladar lo que significa vivir y compartir las largas horas de una trashumancia, integrado entre esa gente tan especial, dura y profundamente noble. Para ello rescataré del archivo unas impresiones que deje escritas hace tiempo, tras hacer el cordel de verano, cuando se buscan en Gredos los pastos que ya escasean en la zona de Cáceres, en la que habían pasado el invierno las vacas y las yeguas con sus crías.

 No me voy a extender en indicar todos los lugares por donde pasamos, prefiero dedicar estas líneas a tratar sobre la forma de vivir y las relaciones humanas en esos días de trashumancia.

 Normalmente se parte, en el mes de junio, desde alguna finca alquilada en la provincia de Cáceres y se pasa por las de Toledo y Ávila, en la que se sube el puerto del Pico por su calzada romana llegando, al día siguiente, al pueblo de Navadijos, donde reciben a la ganadería con una gran alegría.

 En el camino, unos diez días de largas jornadas hasta el anochecer, momento en que se para y se encierra el ganado o se les rodea con el pastor eléctrico y, una vez que las vacas han comido y bebido, nos dedicamos a preparar la cena y lo necesario para pasar noche.

Como se puede suponer durante las horas centrales del día el sol calienta a todos, vacas, caballos y vaqueros. Se aguanta bien, ocupados en resolver las incidencias propias de este tipo de traslado de ganado (paso de carreteras, recorridos por carretera más o menos cortos, vacas despistadas, etc.) y entre chascarrillos, bromas y conversaciones con los compañeros. Las paradas para que las vacas coman y beban las aprovechamos para ponernos un poco a la sombra (cuando la hay) y tomar algún trago de agua o vino. A medio día se hace una parada un poco más larga, descabalgamos y tomamos una comida sencilla acompañada de tertulia que precede a la mini-siesta.

 Las noches son cálidas al principio, pero arriba, en la sierra, las temperaturas bajan mucho cuando el sol se oculta y las tertulias se acortan en esas circunstancias. Hay que hacerse a todo, al calor, al fresco, a las largas y a las cortas tertulias.

 La vida en la trashumancia, tanto en la de invierno como en la de verano, es dura. Las jornadas a caballo pueden llegar a ser de hasta  doce o trece horas en verano al alargar el día. El calor y el sol te pueden agotar y el frío atenazar. La comida unos días bien y otros regular (mal nunca, siempre se agradece). El trabajo de preparar las acampadas, hacer las comidas y cenas, cargar y descargar, preparar los caballos, etc. sale adelante siempre gracias a la experiencia y a pesar de los condicionantes y de las posibilidades materiales y humanas reales. 

 No obstante, lo más importante de estas experiencias es que, como decía un amigo a una periodista de un diario de Ávila, son inolvidables porque suponen dejar la cómoda vida del urbanita, empeñarte en superar unos cuantos retos, y poner a prueba la capacidad de resistencia y de convivencia con gente muy dispar y con la naturaleza en estado puro. Qué más dará que te queme el sol, haberte dado crema. Qué importa que la lluvia te moje, eso es sanísimo para la piel. Qué pasa por pasar un poco de frío, así calibramos nuestro termómetro corporal que suele estar falseado con tanta calefacción y aire acondicionado. O que más dará si nos mojamos un poco al pasar un río o al galopar por un pantano.

Y no hay que olvidarse de las relaciones humanas que se practican y las capacidades sociales (también físicas) que debes poner en práctica y que pocas veces lo hacemos en nuestra vida habitual. Humildad, comprensión, colaboración y, sobre todo, escuchar. Ahí es ná.

 


En Fuendetodos, 4 de abril 2021

LUIS BAILE ROY

Vicepresidente de la Asociación TrasGredos (Trashumancia Sierra de Gredos)

 



 

[1] http://www.un.org/es/events/biodiversityday/convention.shtml

[2] https://www.boe.es/boe/dias/1995/03/24/pdfs/A09206-09211.pdf

[3] https://www.boe.es/boe/dias/2017/04/11/pdfs/BOE-A-2017-4009.pdf

[4] http://www.upa.es/_la_tierra/la_tierra_213/pag_049-056_agriymamtrashumancia.pdf

 

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Luis Baile Roy

3 comentarios en “MÁS TRASHUMANCIA Y MENOS CARNE SINTÉTICA”

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